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Jerez

Cosas jerezanas que ya no son

Al rescoldo de una foto de comienzos de los 80 comenté cómo en Jerez se ganaba dinero y se gastaba y me preguntaba cómo y por qué

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Lo confieso. No soy muy amigo de las redes sociales. Las utilizo lo justo y necesario. Subo aquello que, por cuestiones profesionales, tengo que subir y que no son otros temas que los que ustedes, a nivel de información deportiva o local, pueden leer cada mañana en las ediciones de Viva Jerez. No obstante, de vez en cuando rastreo por si algún amigo me ha dejado un mensaje o por ver algunas páginas que son de mi particular interés, como es la del grupo “Cosas jerezanas que se han perdido en el tiempo”. Días pasados, precisamente, me topé con una foto que había insertado ese gran profesional de la radio que siempre ha sido Luis Aguilar. Era una reunión en la antigua sede de Radio Jerez en calle Caracuel. Fue en los comienzos de los años 80 y entiendo que era la despedida de ese monstruo de las ondas que fue Carlos Vergara Ivison, una vez que había sido nombrado director de Radio Algeciras. Compartí la nostalgia del tiempo con un compañero que se quedó anodadado de la cantidad de profesionales que  trabajaban entonces en la emisora decana. Y como el abuelo cebolleta le comencé a contar lo que fueron aquellos años 70 y comienzos de los 80 en Jerez. Le decía  que se ganaba dinero y que se gastaba  y me decía que cómo y por qué. El cómo era porque había trabajo, porque había bodegas y más bodegas y porque alrededor del mundo del vino había otras industrias como eran las artes gráficas, con el coloso Jerez Industrial al frente y sus derivados, con una Fábrica de Botellas trabajando a tres turnos diario, con tonelerías que no daban abasto, con empresas de publicidad que eran un ejemplo a seguir en toda Andalucía, con una Caja de Ahorros de Jerez que tenía decenas de sucursales y que era la cabecera de la oferta cultural de la ciudad y que ofrecía también cientos de puestos de trabajo, con un sector agrícola que también abastecía muchos puestos laborales y con un Ayuntamiento que trabajaba para la ciudad y que no era la locomotora de enganche que luego fue. Esa es una parte de Jerez que se ha perdido o que dejaron perder porque, tal vez, las gestiones privadas que se hicieron no tuvieron la calidad de las que las antecedieron.   

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