“Empezó a moverse todo y nos salimos en pijama a la calle”

Publicado: 10/09/2017
Marga Tocón, una jerezana que vive en Ciudad de México con su marido y su hijo, relata cómo ha vivido el grave terremoto que deja ya más de 90 muertos
Todo empezó a temblar cuando la mayoría de los mexicanos estaban ya en la cama o a punto de hacerlo. Este último era el caso de Marga Tocón, una jerezana de 36 años que vive en la Colonia del Valle, en el centro sur de Ciudad de México, con su marido y su hijo de 6 años. Según narra a Viva Jerez, se estaba lavando los dientes cuando sonó la alerta sísmica, un sistema instaurado a raíz del grave terremoto del 85 que avisa vía altavoces segundos antes de que se va a producir un terremoto, el mismo que ya se ha cobrado más de 90 víctimas mortales y ha dejado más de 200 heridos. Aún no eran las doce de la noche (en España casi las siete de la mañana).


“Era jueves por la noche y estaba en casa. Desperté a mi marido, que al principio no le dio importancia porque el día antes ya hubo una falsa alarma cuando sonó la alerta de sismo, pero le dije que no, que estaba escuchando como crujía el baño y empezaba a moverse todo. Mi hijo pequeño estaba asustado y también se levantó. Así que cogimos lo primero que podíamos, en mi caso las cosas para mi diabetes, y nos salimos en pijama a la calle, porque si suena la alerta sísmica te tienes que bajar a la calle e irte por las escaleras”, relata. Fue ya cuando estaban fuera de casa cuando se dieron cuenta de la magnitud real por los vídeos que les llegaban al móvil.


Cuando ya pudieron subir a su piso, lo primero que hizo Marga fue mandar sms a la familia, avisándoles de que estaban bien. “Les dije que cuando se levantaran no se asustaran porque aunque había sido un terremoto muy grande y lo habíamos sentido, no había habido problema. Estábamos bien, así que no les dio tiempo a alarmarse cuando vieron las imágenes. Mi  hermano sí estaba despierto porque trabaja de turno de noche y se quedó más tranquilo”, señala. Pese a todo,  el viernes estuvo “todo el día al teléfono”, hablando con amigos y familiares que se preocuparon por ella.


Al día siguiente no hubo clases, pero está previsto que se reanuden hoy en Ciudad de México, una vez que Protección Civil ha revisado los edificios. Aunque desde entonces están haciendo “vida normal”, Marga reconoce que lleva toda la semana “preocupada”, porque también los huracanes están cerca de México, y tiene amigos que se iban de crucero al Caribe y de los pueblos más afectados que “lo han perdido todo”, de ahí que ayer por la tarde estuviera colaborando. “La prioridad es ayudar a la gente que se ha quedado sin nada: sin casa, sin coche...”, apunta. Es inevitable que esté “en alerta” porque “ha habido varias réplicas”, pero “cuando te toca vivir el huracán Wilma de categoría 5 en Cancún como me ocurrió en 2005, o el Emily, aprendes de eso y esta zona es muy propensa...”. Eso sí, “el susto está de noche”.

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