La fachada del convento de Santo Domingo luce ya desprovista de andamios tras las obras de rehabilitación que se han venido ejecutando en estos últimos meses.
Los trabajos han permitido que este edificio, que es del siglo XIX, recobre el esplendor perdido con el paso del tiempo al menos en lo que al exterior se refiere, toda vez que se hace preciso seguir interviniendo en el interior del cenobio.
La recuperación de la fachada ha sido asumida por la propia orden dominica, que únicamente ha contado con la aportación económica de los jerezanos. De hecho, desde la comunidad se agradecía ayer las numerosas y pequeñas contribuciones que se han ido recibiendo en estos últimos meses para hacer posible la rehabilitación del convento.
Con anterioridad ya se acometieron algunas actuaciones en la iglesia, que se centraron fundamentalmente en la renovación de los sistemas de electricidad e iluminación y en garantizar la estabilidad de la capilla del Rosario, que presentaba daños notables daños en su techumbre.
Ahora queda por actuar en el interior del convento, precisamente en las dependencias en las que reside la comunidad, con numerosos achaques y carencias de todo tipo.
El mal estado del edificio hizo temer incluso por el traslado forzoso de esa comunidad a otros conventos de la orden que ofrecieran unas condiciones de vida algo más dignas.
De momento se ha conseguido rehabilitar la fachada y poner a salvo la zona más inestable de la iglesia.
