Esta reestructuración supondrá “el redimensionamiento de la planta de Sarrià de Ter (Girona), donde cesará la fabricación de papel estucado, y el cierre de sus centros de producción de Algeciras y Amorebieta (Vizcaya)”.
Este anuncio en la página web resulta cuando menos curioso ya que la papelera mantiene abierto un periodo de negociación con los sindicatos previo a la presentación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE), posiblemente en esta semana entrante.
La compañía argumenta que “siendo ésta una medida dura y difícil, resulta necesaria para adecuar las capacidades del grupo a las necesidades del mercado y aumentar la productividad del resto de fábricas de Torraspapel”.
Unos afirmaciones que chocan de pleno con los datos de beneficios registrados por la empresa en los últimos años. Así, Torraspapel logró una facturación en 2007 de 890 millones de euros y unos beneficios brutos de 15 millones.
Las últimas informaciones apuntan que la producción que se realiza en Algeciras podría trasladarse, si se confirma el cierre, a la factoría de Motril. Asimismo, los trabajadores de la planta algecireña ya conocen que ya no tendrán pedidos en la semana entrante.