—Resuma su infancia
—Nací en Algeciras, mi padre vendía pescado. Estuve en la escuela de Los Pastores hasta los catorce años y como no quería estudiar, mi padre me puso a trabajar descargando camiones de cemento y de ladrillos hasta los dieciocho años. Mi padre me decía: “Yo te mantengo si tu estudias, pero si no estudias no te mantengo porque no pueda, sino porque no quiero”. Mi padre me hizo que viera lo que es la vida.
—¿Después de descargar camiones dónde trabajó?
—Cogí una panadería de la familia y empecé a luchar hasta los veinticinco años. Después además cogí un bar de copas y una pizzería en Los Barrios, y empecé a construir viviendas haciendo un poquito de todo.
—La calle es muy dura
—La calle es una universidad. No tengo estudios pero tengo una universidad en la calle. Amigos tengo muchísimos, levanto el teléfono y gracias a Dios tengo grandes amigos de mucho más nivel que yo.
—¿Amigos de los verdad o por interés te quiere Juan Manuel?
—Amigos de verdad, de los que cuando hace falta te llaman y cuando los necesitas están ahí. También tengo muchos amigos de toques, pero realmente esos no son amigos.
—Su afición por los toros, ¿desde cuándo?
—Desde chico siempre me ha gustado el caballo y he ido a los toros con mi padre y con mi abuelo porque eran seguidores de Miguelín y de Paquirri.
—¿Por qué y cuándo se decide a apoderar a Cristhian Valencia?
—Diego Ramos, El Merlo, profesor de la Escuela de Tauromaquia de Algeciras, ha estado trabajando en mi panadería de encargado durante catorce años. Lo conozco de toda la vida y siempre ha querido meterme en el mundo del toro; y un día me dice: “Tú tienes que apoderar a un niño de la escuela”. Fui a un tentadero y no me gustó el que me propuso, pero aparece un chaval con un capote, pega tres lances que me llegan y le digo a Diego: “El que tú me dices no, sino ese”.
—¿Apuesta fuerte la suya?
—La verdad es que sí porque podía haber apoderado a otros, incluso de escalafones más alto, aunque a la hora de arriesgarme poniendo dinero, me interesa Cristhian.
—¿Cuánto tiempo lleva ayudándolo?
—Llevo sobre un año aproximadamente entre el quiero y no quiero. Le hemos ayudado en media docena de novilladas y otros tantos tentaderos matando toros en el campo. Le tengo preparado este invierno en el campo un buen entrenamiento en una buena ganadería de por aquí, donde le van a soltar tantas vacas como él quiera tentar, porque estará todo el invierno en la finca.
—¿Su mujer que piensa sobre este asunto?
—Apoyarme siempre poniendo a veces más dinero que yo, porque el dinero que ponemos lo trabaja ella más que yo, por lo tanto, hay que tirar para adelante.
—¿Con ustedes el alumno tiene las puertas abiertas en ese aspecto tan importante y fundamental como es el económico?
—Con nosotros tiene las puertas abiertas hasta donde pueda llegar, siempre y cuando dé la cara y nos respete el día de mañana. Lo que queremos es que no se olvide de nosotros.
—¿El compromiso se ha efectuado de palabra o con contrato?
—De momento no hay contrato aunque estamos esperando a que alcance la mayoría de edad en diciembre para firmar el contrato, porque él ya me ha dicho que lo firmará. También me quiere firmar una lista de gastos para pagármela el día de mañana, pero ya les he dicho tanto a Diego como a él que no quiero que me firme la lista de gastos.
—¿Cualidades que le vio a este joven alumno durante estos meses?
—A Cristhian le he visto un poquito de todo al ser un torero de valor y de raza, y aunque me guste el arte de Curro Romero, me gusta más el toreo de raza porque es el que da espectáculo. Él coge la silla y forma un alboroto en banderillas. Si sufre un revolcón se levanta sin mirarse llegando a los tendidos al ser un torero que no aburre. Además de tener mucho valor, con la muleta en la mano derecha tiene mucho arte.
—Su raza y casta la demostró en la última novillada de Encuentro Andaluz de Escuelas celebrado en Las Palomas, porque sufrió un revolcón quedando inconsciente y salió de la enfermería a estoquear al novillo
—Creía que lo había matado porque tenía las manos encogidas para arriba. Cuando llegué a la enfermería él salía casi mareado diciéndole y aconsejándole prudencia, pero terminó la faena muy bien. A un niño de esta edad no se le puede pedir más porque lo da todo cada tarde.
—¿Lo acompaña allá donde torea?
—A todas partes, lo acompañé a Portugal y allí también dio la cara cortando dos orejas como volvió a ocurrir en la goyesca de San Fernando cortando las dos orejas y el rabo.
—¿Cómo es Cristhian humanamente?
—Es un niño muy educado y noble. Si no le preguntas, al ser tan prudente no habla. Se lleva muy bien con el resto de sus compañeros siendo respetado y admirado.
—¿Usted conoce las interioridades del mundo del toro?
—Tan sólo conozco lo que Diego me está enseñando. Voy de su mano y me fío de todo lo que me dice. Sé que nos va a costar sudores, lágrimas y dinero, pero es un proyecto muy interesante.
—Este es un mundo complicado para un neófito en el apoderamiento
—Según me cuentan, hay muchos tocaores y buitres en el mundo del toro. Me han aconsejado que tenga cuidado porque si triunfa vienen los buitres y se lo llevan. Creo que él no nos hará eso y será dueño de sus actos. Si me firma un contrato nunca se lo voy a cerrar, porque si viene alguien mejor pondremos el contrato en lo alto de la mesa, porque nunca le vamos a cortar su trayectoria.
—Proyectos para la próxima temporada
—Queremos que vaya a sitios importantes como a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y plazas similares. Entrará en las novilladas televisadas de las escuelas, y el debut con caballos será probablemente en la novillada de feria de Algeciras. Por lo tanto, le prepararemos el coche y la cuadrilla con gente de Algeciras. El otro día le compramos dos trajes de segunda mano, pero queremos que estrene nuevos vestidos en las novilladas televisadas.
