Carlos Chan, empresario de origen asiático, tiene 44 años pero ha vivido en Jerez con su familia desde que tenía siete. Ahora vive a caballo entre España, donde suele pasar la mitad del año, teniendo su residencia en Jerez, y viajando a Taiwán y otros países. El problema es que su último traslado por motivos laborales a Taipéi, la capital de Taiwán y la ciudad más poblada de la isla, situada en el extremo norte, le está dando más quebraderos de cabeza que nunca ante la alarma social que ha provocado el coronavirus, por el que la OMS declaró ayer la emergencia internacional ante su avance.
El programa Hoy por Hoy de Radio Jerez adelantó su testimonio, y en Viva Jerez hemos contactado con Chan para que nos cuente cómo está viviendo todo, puesto que aunque se encuentra a 900 kilómetros de Wuhan, el epicentro, que cumple una semana de aislamiento, sus días tampoco están siendo fáciles desde que llegó a Taipéi. Lo hizo casi a la par que el Gobierno chino decidió cortar los vínculos que unían a Wuhan con el resto del mundo por una epidemia que, según los últimos datos oficiales, deja ya 170 muertos y 7.700 casos confirmados. El pasado viernes 24 aterrizaba en Taipéi sin imaginarse todo lo que se le venía encima. “Cuando llegas al aeropuerto hay máquinas que te miden la temperatura (un sistema implantado desde 2000) y si sale más de 37 grados te aislan y te hacen preguntas”, explica. Con lo que no contaba era con cómo iban a complicarse las cosas. “No sabía nada del virus antes de viajar. Lo supe a posterior, tenía este viaje programado por trabajo”, aclara.
A partir de ahí, como el resto de sus compatriotas, en una ciudad en la que hasta el momento hay nueve casos y ningún fallecido, se ha visto obligado a adoptar unas medidas preventivas como llevar mascarilla, “como el 95 por ciento de la gente”. “Aquí está todo el mundo comprando mascarillas, en las farmacias están agotadas”, señala, tras advertir del “temor” que percibe en la calle, que empezó a pisar ayer. “He estado tres días sin salir de casa desde el año nuevo (se festejó el pasado 25 de enero) por prevención; no hay ninguna medida fuerte porque no ocurre como en Wuhan, donde en cada esquina te puedes contagiar; estamos más tranquilos, pero en estos días de año nuevo que supuestamente debería haber mucha gente en la calle haciendo compras y mucha alegría como en la Navidad española, las calles están vacías en comparación con otros años y la gente no se anima a ir a sitios muy concurridos como centros comerciales, restaurantes, bares...se nota mucho”.
Preocupado
Está preocupado, no lo niega, “porque el virus está avanzando bastante rápido”, aunque tiene claro que en Taiwán está todo mucho más controlado y que “por ahora no hay problemas de contagio”. También teme que tenga problemas para coger su vuelo de vuelta el próximo miércoles 5 de febrero para llegar a España un día después. “Por ahora Air France no ha cancelado nada, voy a París, después a Madrid y tengo una reunión en Jerez más tarde. “En Tailandia, EEUU, Australia e incluso Hong Kong están prohibiendo los vuelos. No sé si las autoridades europeas van a prohibirlos desde los países asiáticos”. En cualquier caso, como hace siempre que viaja fuera de España, su desplazamiento está inscrito en la Cámara de Comercio en Taiwán, que funciona como una embajada y se hace cargo de los extranjeros españoles que hay en la isla. “Yo me he registrado también en la página del Ministerio de Asuntos Exteriores para que quede constancia de que estoy fuera del país, pero hasta ahora ninguno de los dos me han comunicado nada por ahora”.
