Pese a su dificultad, la comedia ha sido considerada tradicionalmente un género menor, cuando no ligero e intrascendente frente al drama; Woody Allen en su primera etapa era considerado poco más que un bufón y no empezó a ser tenido en cuenta hasta que dirigió sus primeras películas dramáticas, con las que se ganó a la crítica. Muchos años antes, el injustamente olvidado guionista y director norteamericano Preston Sturges reflexionaba sobre el poder de la comedia y lo enfrentaba al prestigio del drama en la magnífica “Los viajes de Sullivan”, cuya tesis final incide en la necesidad de recurrir al humor como tabla de salvación para sobrevivir en tiempos difíciles. Por todo ello es una suerte que en Sevilla tengamos al menos tres opciones para reír durante la Navidad.
Fieles a su cita habitual en la Sala Cero, Los Síndrome, la singular pareja formada por Víctor Carretero y Práxedes Nieto, presentan “Mejor... es posible (especial Covid-19)”, con la que consiguen el difícil reto de superarse y provocar carcajadas desde los primeros minutos. Planteada a modo de conferencia (de hecho, el subtítulo es “una conferencia sin vergüenza”), es una propuesta dirigida al público para que éste disfrute más de la vida con una serie de pequeños consejos expuestos con muchísimo humor. A lo largo de 20 años de trayectoria y 8 espectáculos se ha establecido una relación de fidelidad entre los Síndrome y su público, que asiste con regularidad a la vez que propaga, a través del boca a boca, o boca-oído, las bondades de pasar cerca de hora y media a mandíbula batiente.
Otra actualización de un divertidísimo montaje es “Las Santas (Operación Navidad)”, en el que Eba, con la misma b con la que se escribe su apellido, Rubio, y David Sigüenza recuperan los personajes de “En Sevilla hay que morí”, Santa Justa y Rufina, patronas de la ciudad. Esta obra, producida por Lapava Teatro, surgió inicialmente en 2017 como una pieza de microteatro con 20 minutos de duración, pero fue tal el éxito que decidieron extenderla hasta más de una hora, con la que han hecho felices a sus afortunados espectadores, entregados al humor de esta pareja. Rubio encarna de nuevo a la más sufrida pero con suficientes dosis de carácter, mientras que Sigüenza vuelve a recordar al Paco León de sus inicios a la vez que demuestra su capacidad de improvisación en la interacción con el público. Esta nueva entrega, con trasfondo navideño, se puede ver en Platea Odeón Imperdible, fruto de la unión de la Sala La Imperdible, abierta hace 30 años, con la empresa cinematográfica Odeón Multicines; se trata de un espacio estupendo en la antigua estación de Plaza de Armas, que permite apreciar su estructura en unos sillones extremadamente confortables.
Una tercera alternativa es el monólogo que Manu Sánchez, caracterizado como si se tratara de un extraterrestre, presenta en el impresionante espacio del Cartuja Center. En “El gran emigrante”, el escenario es la típica azotea sevillana de un bloque de pisos desde la que consigue provocar las carcajadas del público con el dominio del doble sentido en el lenguaje y sus sarcásticos análisis sobre el comportamiento humano. En su inicio rinde homenaje a Cádiz, tan querida por él, y no puede evitar las referencias a Donald Trump, pero quizás cuando se muestra especialmente más ingenioso es en su disertación sobre la “mamma” y, ya de paso, sobre la “mamma de la mamma”, con el pucherito a modo de droga camuflada. Como viene siendo habitual en anteriores monólogos de Manu Sánchez, no faltan las cáusticas diatribas contra la familia real, la reivindicación de Andalucía y las alusiones a Cataluña.
Estos cinco actores, todos sevillanos o afincados en la ciudad desde hace mucho tiempo, tienen en común una asignatura pendiente, el cine, algo absolutamente inexplicable dada la vis cómica que poseen. Ojalá en el nuevo año surjan papeles a la altura de su talento, para que sean más los espectadores que puedan reírse, gracias a su ingenio, una y mil veces.