Desmayos, una relación oculta

Publicado: 07/12/2023
Autor

José Manuel Revuelta Soba

Catedrático de Cirugía y Profesor Emérito de la Universidad de Cantabria. Ex-Jefe de Cirugía Cardiovacular del Hospital Valdecilla de Santander

Libro del corazón

Descubriendo el interior del corazón humano, órgano maravilloso, fuente de vida e investigación de calidad

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Recientes investigaciones científicas demuestran que el corazón también establece las reglas del juego
Tradicionalmente, la creencia ha sido que el cerebro envía señales al corazón que debe seguir de forma automática, pero recientes investigaciones científicas demuestran que el corazón también establece las reglas del juego.

Desde 2016, el famoso Getty Center -J. Paul Getty Museum- en Los Ángeles (California) expone un cuadro abandonado en un sótano de Nueva Jersey que resultó ser una importante obra de Rembrandt, el gran maestro del barroco holandés, fechada en 1624, titulada El paciente inconsciente que refleja la inquietud que se genera ante el desmayo inesperado de una persona cercana.

Alrededor del 40 por ciento de las personas sanas experimentan algún episodio de desmayo -síncope-, al menos una vez en su vida. Durante muchos años, los mecanismos fisiológicos de estos breves episodios de inconsciencia han estado envueltos en misterio, pero un estudio publicado hace pocos días en la revista Nature, por científicos de la Universidad de California en San Diego, arroja luz sobre la vía genética que incita al cerebro ante determinados mensajes del corazón.

El desmayo -pequeño síncope- consiste en una pérdida transitoria de la conciencia y el tono postural con caída al suelo, seguida de una rápida recuperación. Existen diversas causas desencadenantes, como el dolor intenso, miedo aterrador, calor, hiperventilación, deshidratación, hipoglucemia -bajada de azúcar en la sangre- y ciertos estímulos mecánicos o químicos. No debe confundirse el desmayo con la lipotimia, ya que mientras el desmayo se caracteriza por la pérdida momentánea de la conciencia, la lipotimia ocasiona mareo y síntomas similares, pero manteniendo la conciencia. Existen diversos tipos de desmayos -síncopes- con recuperación total, como los causados por una falta de riesgo cerebral momentáneo -TIA, ataque isquémico transitorio-, crisis severa de migraña, hipoglucemia, diabetes mellitus, arritmias cardiacas, consumo excesivo de alcohol y abuso de drogas. El denominado síncope postural se produce, generalmente, en enfermos o personas encamadas que se levantan bruscamente; este desmayo momentáneo suele provocarlo la hipovolemia -disminución del volumen sanguíneo-, hipotensión, bradicardia, debilidad generalizada o excesivo calor.

Presenciar un desmayo sorprende a cualquiera por lo impactante que resulta la repentina caída al suelo de una persona inconsciente, generalmente joven y sana. Diversos personajes públicos de fama internacional han sufrido desmayos durante su actuación frente a miles de seguidores, como los músicos Justin Bieber, Lady Gaga, Luis Miguel o Paulina Rubio, algunos en varias ocasiones, que achacaron a la deshidratación, el calor excesivo o agotamiento físico.

Reflejos del corazón

En 1867, se describió el denominado reflejo de Bezold-Jarisch consistente en un episodio repentino de hipotensión arterial con bradicardia y supresión de la respiración, causando un desmayo de corta duración con recuperación total inmediata. Este reflejo inhibe el sistema nervioso simpático –sistema autónomo regulador de las funciones involuntarias del cuerpo- y activa el sistema nervioso parasimpático -sistema autónomo regulador de los órganos para favorecer el ahorro energético-. Se desconoce su identidad molecular, organización anatómica, características fisiológicas e influencia conductual sobre las neuronas sensoriales vagales -desmayo vasovagal-.

El complejo organismo humano dispone de otros reflejos con origen en el corazón, como el reflejo de Bainbridge auricular que provoca taquicardia -ritmo cardiaco acelerado-, o el reflejo de Bainbridge ventricular que causa bradicardia -ritmo cardiaco enlentecido-. Debido a la disposición normal del sistema cardiovascular, en circuito cerrado, ha sido difícil desenmascarar las vías de funcionamiento de estos arcos reflejos para la activación de las vías sensoriales del corazón que determinan el comportamiento del cerebro. El corazón se encuentra en una encrucijada entre sus funciones autónomas y las cerebrales (emoción, cognición, regulación de la temperatura corporal, etc.).

Durante décadas, se ha achacado al reflejo de Bezold-Jarisch la disminución brusca de los latidos del corazón, con bajada repentina de la presión arterial y reducción de los movimientos respiratorios, que desencadenan el desmayo. La falta de información científica sobre las vías neuronales involucradas en este reflejo impedía confirmar esta hipótesis. El conocimiento científico disponible sobre la respuesta del cerebro ante determinadas señales cardíacas, y viceversa, es aún muy limitado. Sabemos de la existencia de una importante red sensorial cardíaca, escasamente estudiada, que transmite la información “latido a latido” al sistema nervioso central, a través del nervio vago y los ganglios centrales y periféricos.

Recientes estudios realizados por científicos del Department of Neurobiology, University of California, San Diego han descubierto una vía nerviosa oculta entre el corazón y el cerebro, antes totalmente desconocida, que desencadena el reflejo nervioso autónomo causante del  desmayo. Estos investigadores se centraron en un grupo sensorial conocido como los ganglios nodosos, concretamente el ganglio inferior del nervio vago, situado a su salida del cráneo, que tiene la importante función de interconectar las señales sensoriales entre el cerebro y corazón. Descubrieron que estas neuronas sensoriales vagales proyectan sus señales a través del asombroso receptor Y2 del neuropéptido Y (del inglés, NPY2R neuropeptide Y2 receptor), estrechamente relacionado con el reflejo de Bezold-Jarisch, causante del desmayo. Estos científicos se sorprendieron al descubrir que cuando activaban los receptores NPY2R de los ratones de laboratorio que se estaban moviendo libremente, presentaban una brusca disminución de los latidos cardiacos y respiratorios, de la presión arterial y se desmayaban de repente. Este experimento se realizó utilizando la optogenética, una técnica que combina los métodos genéticos y ópticos para evaluar determinadas funciones de las células. Este relevante hallazgo científico puede contribuir significativamente a la prevención de los desmayos en los seres humanos.

Nature 2023; 623: 387–396  https://doi.org/10.1038/s41586-023-06680-7

Nos quedamos impresionados cuando vimos cómo sus ojos se pusieron en blanco, casi al mismo tiempo que la actividad cerebral disminuía rápidamente. Después de unos pocos segundos, la actividad cerebral y el movimiento corporal retornaron. Este fue nuestro momento eureka. Tradicionalmente, los neurocientíficos pensamos que el cuerpo, como el corazón, sigue al cerebro, pero ahora queda muy claro que el corazón envía señales al cerebro que modifica su función”, según Prof. Vineet Augustine del School of Biological Sciences, University of California – San Diego, que dirigió esta investigación.

Recomendaciones ante una persona desmayada

  • Si es posible, intente que la persona que se desmaya caiga al suelo sin hacerse daño.
  • Ponerle bocarriba con las piernas levantadas, a mayor altura que su cabeza, para favorecer la llegada de sangre al cerebro. No colocar nada bajo la cabeza.
  • Descartadas las posibles lesiones, comprobaremos que la persona respira. Este paso es importante porque la pauta de actuación no es la misma para un desmayo que una parada cardiorrespiratoria.
  • Compruebe sus signos vitales: frecuencia de la respiración y el pulso.
  • Busque la ayuda de otras personas para que puedan llamar al teléfono 061, una extensión del teléfono 112 que utilizan algunas comunidades autónomas en España.
  • Afloje su ropa, cinturón, collar o corbata, así como todo aquello que pueda restringir el flujo sanguíneo.
  • Mantenga la persona acostada durante un mínimo 10 ó 15 minutos, aunque recobre la consciencia.
  • Luego sentarle en el suelo, con la cabeza hacia adelante entre sus rodillas.
  • No darle de beber o comer nada, hasta que no se reponga totalmente.
  • Si la persona no responde en 2 ó 3 minutos, llame inmediatamente al 061.
  • Si usted se marea con frecuencia al levantarse de la cama, se recomienda que espere sentado uno o dos minutos antes de ponerse de pie.
  • En caso que le ocurra por ayuno prolongado, tome un vaso de jugo de naranja con azúcar, en caso que le suceda tras un ejercicio físico excesivo, tome varios vasos de agua.
«El corazón tiene razones que la razón no entiende»

Blaise Pascal(1623-1662). Matemático, físico y filósofo francés

José Manuel Revuelta Soba

Catedrático de Cirugía. Profesor Emérito de la Universidad de Cantabria

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