Esconder tus cartas y saber cómo utilizarlas. Pablo Guede ha dejado muestras de sus capacidades como entrenador y de la personalidad de sus métodos: el argentino no se casa con nadie y es abierto al
riesgo, a probar y a cambiar sobre la marcha si es necesario. En seis partidos ha propuesto
seis alineaciones distintas. Sea por lesiones, tarjetas rojas o decisiones puramente técnicas, solo han repetido como titulares en todos ellos
Dani Martín y
Álvaro Vadillo, salvador y goleador de su etapa.
El
intervencionismo de Guede ha dejado buenas sensaciones porque ha potenciado el nivel de varios jugadores, aunque el balance sea mejorable (dos grandes victorias por 0-3 y 0-2, dos empates y dos derrotas). El argentino ha utilizado mucho la
defensa de tres centrales, muchas veces de manera circunstancial y apoyándose en la seguridad de
Escassi, compañero de la zaga de
Peybernes en la mayoría de partidos, e incluso contando con la polivalencia de
Genaro. Ante la falta de nivel en el puesto, ha priorizado el estado de forma del paleño y el sevillano, en detrimento de Lombán (solo dos titularidades).
Los mejores minutos del Málaga se han visto, probablemente, con un
4-3-1-2, siendo ese ‘1’
Aleix Febas, el jugador con mayor libertad sobre el verde y el que está aportando los factores decisivos con goles (2), rupturas entre líneas, último pase y omnipresencia en el centro. Guede también ha utilizado el 5-4-1 que mutó varias veces en Las Palmas, el 5-3-2 del debut ante el Valladolid, el 4-4-2 o el 4-2-3-1.
No hay dibujo fijo, como el común 4-4-2 de
José Alberto López o el rombo de
Natxo González.
Es este Málaga un equipo
camaleónico, pero con una idea que se intenta seguir a rajatabla: la
presión alta desde el inicio, la salida de balón y la importancia de los
laterales. Javi Jiménez, Víctor Gómez, Víctor Olmo e Ismael Casas han tenido mucha cuota de balón en sus intervenciones. La utilización de los tres centrales ha servido para maximizar ventajas desde los costados. Ensanchar el campo es una máxima para Guede, que en el último partido demostró también cómo defenderse bien del rival.
Columna vertebral
Dani Martín en portería,
Escassi como central, Genaro de pivote,
Febas de trecuartista y
Vadillo como falso delantero que cae a banda. Es la columna vertebral de Guede, sin olvidar la importancia del
Jozabed prelesión o la confianza en
Brandon arriba. Por otro lado, a Guede no le ha temblado el pulso para poner de titular al renacido
Luis Muñoz y recuperar al joven Dani Lorenzo en el once en Tenerife, dejando fuera de la convocatoria a Kevin y Antoñín. O la conversión de Paulino y Roberto en revulsivos, otras de sus decisiones.
Al bonaerense no se le ve venir. En la gestión de su plantilla, salvo excepciones, nadie es imprescindible. Solo la victoria. A falta de dos puntos para cerrar el objetivo y pensar en la temporada que viene, el banquillo del Málaga puede funcionar con Guede y un proyecto desde verano. Hay motivos para confiar, pero lo primero es lo primero: ganar al
Burgos.