“¿Somos boquerones al limón? No. ¿Qué somos? ¡BOQUERONES A MOTOR!” Javi, Luis Miguel, Alejandro, Fidel, Adnan, Miguel y Paco son los jugadores de Boquerones a Motor. Los siete forman un equipo de Powerchair Football (fútbol en sillas de ruedas eléctricas). Esta “familia”, como la define Alejandro, empezó a rodar en 2018. La idea fue de Jorge Aguilera, integrador social y actual entrenador. El proyecto nació y creció gracias a cinco amigos: “Éramos un grupo, Jorge tuvo la idea, nos reunimos y fundamos el club”, cuenta Javi Bueno.
Date cuenta que algunos estaban en una cama las 24 horas del día y que vengan a entrenar es un triunfo para nosotros, para la familia y para él.Desde entonces, hace cinco años, derrochan pasión y mucho humor en el parquet. Para miembros, como Luis Miguel, supone una “ilusión increíble” y le “llena de alegría” poder jugar al fútbol “desde mi silla”. Los Boquerones a Motor son el ejemplo de que las personas con diversidad funcional y grandes problemas de movilidad pueden practicar un deporte: “Aquí nos pueden ver, nosotros también podemos jugar al fútbol”.
Sus valores erizan la piel. “Estoy muy orgulloso de mis compañeros”, confiesa un “agradecido” Javi. Gracias por la confianza, las bromas, la amistad y el amor que se tienen y que se puede percibir en apenas una hora de entrenamiento. Cada día juntos, para ellos, es una “victoria”. “Yo sé que se esfuerzan mucho”, explica, porque “date cuenta que algunos estaban en una cama las 24 horas del día y que vengan a entrenar es un triunfo para nosotros, para la familia y para él”.
Han pasado “baches” con el Covid, pero “dentro de lo malo” y con las circunstancias de cada uno “todos sabemos que dependemos unos de otros”. Entrenan todos los lunes a las 16:00 horas en el pabellón Guadaljaire, en lo que es su “ratito de evasión, aquí da igual si eres mejor o peor”. Juegan con sillas eléctricas con protecciones metálicas en la parte delantera para atacar, defender y golpear una pelota de 330 milímetros de diámetro con la que intentar marcar goles. Las reglas son similares a las de fútbol sala, con cuatro jugadores en la cancha, incluido el portero. Les encantaría tener más sillas, más compañeros y, sobre todo, salud para seguir jugando juntos.
Aunque en Málaga no se practicaba hasta la fundación de los Boquerones a Motor, esta disciplina tiene unos 50 años de historia. El fútbol en silla de ruedas motorizada se jugó por primera vez en la década de 1970 en Francia y no llegó a España hasta 2014.