Varios terremotos han desatado la tragedia en Siria y Turquía, sobre todo en este segundo país. El de Turquía
está siendo el más mortífero de los últimos 20 años y el más intenso desde 1939.
El número de muertos no para de aumentar y son miles las personas desaparecidas y sepultadas entre escombros. La ayuda internacional se ha desplegado desde el primer momento. Equipos de rescate y voluntarios trabajan contrarreloj, incluso,
quitando escombros con sus propias manos. A las labores de rescate se han sumado
tres contingentes del Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga.
Un total de
ocho bomberos se han desplazado hasta Turquía para sumar manos y experiencia a las labores de rescate, provistos con
perros “especializados en personas sepultadas con vida”, equipos de sonido y herramientas de desescombro y derribo.
Una avanzadilla formada por tres bomberos de los parques de Estepona y Ronda viajó este lunes; mientras que los otros cinco bomberos, de Coín, Manilva y Alhaurín de la Torre, han cogido el vuelo hoy. “En cuanto nos bajemos del avión comenzaremos con las labores de localización de personas”, ha explicado desde el mismo aeropuerto malagueño Sergio Sánchez.
Los
tres primeros días son fundamentales para el rescate de víctimas. Trabajar tras un terremoto “es muy complicado”, situación que se agrava por las bajas temperaturas, “está nevando continuamente, lo que hace que la posibilidad de supervivencia sea menor”.
La ayuda enviada desde Málaga se está canalizando a través de las organizaciones Bomberos sin Fronteras, Bomberos por el Mundo y el Grupo de Especialistas en Rescate Canino en Catástrofes (GERCCMA).
Según los expertos, la construcción de edificios con materiales baratos, ladrillos y hormigón quebradizo, en una zona sísmica es uno de los principales motivos de las consecuencias tan devastadoras de los terremotos.