La inmunoterapia CAR-T dibuja, para los enfermos con
leucemia linfoblástica aguda y linfoma difuso de células grandes, un
presente “tremendamente esperanzador”. Desde hace casi cuatro años, este “revolucionario” tratamiento se ha instaurado en el sistema público español, ha celebrado el vicepresidente del GETH-TC y jefe de Hematología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, José Antonio Pérez Simón.
En España
son 26 centros hospitalarios en los que puede administrar CAR-T frente al cáncer hematológico,
tres de ellos en Andalucía: el Hospital Virgen del Rocío en Sevilla, el Reina Sofía de Córdoba y el
Regional de Málaga, que empezará a administrarla “en el mes de abril”.
Se aplica, actualmente, en pacientes con este tipos de cánceres, que
“han recaído” tras varias líneas de tratamientos convencionales. Hasta hace cuatro años se consideraba como “incurables”. Las probabilidades de que un paciente con leucemia linfoblástica aguda se mantenga en remisión es de
un 60 por ciento a tres más de tres años de seguimiento, frente al cinco o diez por ciento con un tratamiento convencional. En el linfoma difuso de células grandes ronda el 45 por ciento con CAR-T: “
Cuando digo 45 son pacientes vivos y curados de su enfermedad”.
Se están ganando batallas, pero a pesar de haber recibido la terapia CAR-T, aún hay un 40 por ciento de pacientes con leucemia y un 55-60 por ciento con linfoma que no responden al tratamiento y recaen. Ante ello,
los investigadores tratan de buscar biomarcadores de respuesta, “pistas que identifiquen lo que va a ocurrir en el futuro” cuando se administra el tratamiento, ha expuesto el coordinador del Grupo de Terapias Avanzadas del GETH-TC de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, Antonio Pérez Martínez.
Se trata del proyecto MAT-CART. Un
trabajo “pionero” en España de matemáticas aplicadas en la inmunoterapia. Esta investigación clínica permite “modelizar respuestas clínicas o comportamientos biológicos”, para
crear una base de datos que recopile cómo se comporta el CAR-T una vez infundido a los pacientes. Actualmente cuentan con 650. “Conforme más datos alimentemos, el modelo acabará siendo más preciso”, ha explicado el doctor Pérez Martínez, lo que permitirá, junto a otras variables, poder
hacer “modelos predictivos” y determinar “con una probabilidad elevada lo que le va a ocurrir al paciente”.
Esta investigación tiene el objetivo de
desarrollar “ensayos dirigidos” para “optimizar el tratamiento”, ha dicho, a la vez que “identificar qué pacientes van a responder al tratamiento y cuáles no, para
trabajar en nuevas estrategias”.
¿Qué es la terapia CAR-T?
En la terapia de células CAR-T los médicos
extraen linfocitos de la sangre periférica, células de la defensa del propio paciente, y las manipulan en el laboratorio para insertar información genética que va a permitir que los linfocitos
sean capaces de reconocer de manera selectiva células tumorales. “Recogemos células del pacientes, las educamos para que aprendan a reconocer las células tumorales y se le vuelven a infundir al paciente,
para que las ataque y las destruya”, ha explicado el doctor Pérez Simón.
Otra de las “grandes” ventajas de esta terapia, frente a los convencionales, es que es “
un único día de tratamiento”: “El paciente permanece ingresado unos diez días para vigilar posibles complicaciones que puedan producirse, pero a partir de ahí solo hay controles y no recibiría más tratamientos salvo que recaiga”.