Al artista Jean-Charles de Castelbajac se le ocurrió montar una instalación que propone un mundo de signos, símbolos y colores
El Centro Pompidou de Málaga busca estimular la sensibilidad artística infantil a través de los signos, símbolos y colores más emblemáticos del diseñador Jean-Charles de Castelbajac en la nueva exposición-taller "Los pueblos del mañana", instalada desde este lunes en su Espacio Joven.
Acompañados por los sonidos del autor, compositor e intérprete francés Julien Granel, el público infantil podrá explorar las emociones asociadas con las banderas, los tótems y los colores emblemáticos de Castelbajac y aprender así a traducir sus sentimientos en un lenguaje visual.
Castelbajac se inspira en los movimientos artísticos para construir una escritura plástica compuesta de signos, símbolos y colores, ha informado el Centro Pompidou en un comunicado.
El artista siempre ha mostrado su fascinación "por las ciencias relacionadas con el simbolismo", como la vexilología, el estudio de las banderas, la heráldica de los escudos y los jeroglíficos.
Explica que su lenguaje de signos se convirtió en una forma de resumir y condensar sus emociones en dibujos durante su infancia, por ejemplo la tristeza mediante una nube lluviosa, la recompensa mediante una corona o el regalo mediante una mano.
A Castelbajac se le ocurrió montar una instalación que propone un mundo de signos para los pueblos del mañana, que son los niños y niñas de hoy.
Este artista nació en Casablanca y, marcado por las limitaciones y privaciones que sufrió durante los once años que pasó en un internado religioso, desarrolló un sentido de la transformación y una energía creativa inspirada en la poesía, el juego y el color.
En 1967, mientras vivía con su madre en Limoges, conoció al artista dadaísta Raoul Hausmann, que le hizo tomar conciencia del valor expresivo de los materiales pobres.
Al año siguiente, Castelbajac empezó a confeccionar chaquetas con su manta de antiguo interno y pronto se inspiró en el arte contemporáneo, la música, las banderas y la publicidad para empezar a diseñar sus primeras prendas. En 1980, creó la firma de moda Jean-Charles de Castelbajac, cuyos diseños fueron concebidos como esculturas performativas y pinturas vivientes.