Las redes sociales son una moneda de dos caras. La parte amable puede desarrollar la creatividad y ser una herramienta educativa, pero su parte oscura esconde peligros como las ‘fake news’ y el ciberbullying. 2.648 adolescentes de entre 13 y 18 años en Andalucía, 562 de ellos en Málaga, están aprendiendo a detectar las amenazas y a hacer un uso responsable de las redes a través de Campus TikTok.
Darles pautas para que cuando se enfrenten a estas conductas puedan tener esa capacidad de respuesta y, sobre todo, que desarrollen un espíritu críticoEste miércoles el IES José María Torrijos ha acogido uno de estos talleres que impulsan el espíritu crítico y la concienciación. Entre los alumnos se encontraba Hugo, a sus 14 años, era el único del aula sin “ninguna” red social: “No me han interesado mucho las redes sociales y nunca me han dejado tenerlas”. Su caso es poco común, porque cada vez son más los menores que se sumergen largas horas, “unas tres o cuatro” al día, reconoce Luis, en aplicaciones como Instagram o Tik Tok.
Yanira es consciente de que dedica “mucho” tiempo a ver los vídeos que otros usuarios suben y a crear contenido publicando “alguna canción que me guste”, haciendo referencia a los bailes virales que se han puesto de moda. Disfrutan ajenos a los “riesgos” del ámbito digital como el ciberbullying, explica la responsable de Políticas Públicas y Relaciones Gubernamentales de TikTok en España, Yasmina Laraudogoitia. El fin de los talleres es que sean “consientes” y “darles pautas para que cuando se enfrenten a estas conductas puedan tener esa capacidad de respuesta y, sobre todo, que desarrollen un espíritu crítico”.
Peligros que empiezan a detectar. Gabriel pone otro ejemplo, “alguien que no es quién dice ser y te puede hacer daño”, y Aron le da la respuesta de cómo actuar, “se lo digo a mis padres y a la policía”.
Durante aproximadamente una hora, estos jóvenes conocen que pueden poner un límite de tiempo de uso desde la aplicación, detalla Irene Suárez, voluntaria de Fundación Cibervoluntarios, o los protocolos que hay para luchar contra el acoso, los trastornos de conducta alimenticia o la violencia machista.