El Málaga
firmó su descenso virtual a Primera Federación este pasado domingo en El Toralín al
perder contra la Ponferradina. A falta de ver en que fecha será oficial, los nueve puntos de distancia con la permanencia, cuando restan nueve por disputarse, hacen que el cuadro boquerón quede con un pie y el 90% del otro en la categoría de bronce.
Una situación dramática, en una
temporada que se antojaba ilusionante pero que en ningún momento ha sido lo que se esperaba. No obstante, hay que tener claro que esto no es una situación de ahora. Desde que no se logró el ascenso a Primera, con aquel fatídico play-off contra el Dépor, la concatenación de errores ha sido constante.
Probablemente, el dato que mejor explica el por qué de este inminente descenso es que, de los
165 partidos de Liga que ha disputado el Málaga en los últimos cuatro años, sólo ha ganado 45, es decir, el 27%. Con estas cifras, lo sorprendente es que no hubiese ocurrido antes.
Otro factor a tener en cuenta ha sido la
inoperancia como local. Los blanquiazules estuvieron sin ganar un partido en La Rosaleda desde el 15 de noviembre de 2021 (1-0 al Tenerife) hasta el 16 de octubre de 2022 (3-2 al Lugo). Casi un año sin vencer en casa es mucho tiempo.
La
ausencia de un ariete goleador ha sido otro quebradero de cabeza. Y es que, desde la temporada 2018-19, únicamente
Armando Sadiku y ahora
Rubén Castro han llegado a la cifra de 10 goles en Liga. De hecho, la única temporada que se superaron las 40 dianas en total fue la del play-off (se anotó 51). El resto, siempre por debajo. Este curso el Málaga acumula 33, por lo que no parece que vaya a ser posible superar un número que no da siquiera la media de un gol por partido.
Los entrenadores han sido otro de los quebraderos de cabeza de la institución. Y es que tan sólo
Sergio Pellicer ha sido capaz de aguantar un curso entero en el banquillo (temp. 2020-21). Desde que Muñiz cogió al equipo tras su descenso a Segunda, son siete los técnicos que han dirigido al Málaga:
Víctor Sánchez, Sergio Pellicer (este por partida doble),
José Alberto López, Natxo González, Pablo Guede y Pepe Mel. Ninguno de ellos ha logrado armar un bloque sólido y fiable. El que más cerca lo ha tenido siempre ha sido el entrenador castellonense, que esta vez ha llegado tarde para lograr la heroica. Desde
Javi Gracia, nadie ha aguantado dos años consecutivos.
Lo institucional, tema aparte
Todo esto viene claramente precedido por la inestabilidad institucional. Con el club en pleno proceso judicial y un
Al-Thani que se resiste a vender su parte accionarial, el Málaga lleva años inmerso en una situación que le impide avanzar, sin un presidente y con la toma de decisiones en manos de un administrador judicial.
Sin director deportivo desde que se prescindió de Manolo Gaspar que nunca dio con la telca, y hasta hace poco,
sin director general. Kike Pérez está haciendo cosas desde que llegó, pero la vaca no parece que dé mucha más leche. Hay que ser siempre optimista, pero el futuro, malaguistas, no invita precisamente al optimismo.