Junto al río Guadalhorce
hay enterrada toda una ciudad fenicia del siglo VIII-VII a.C. Historia de Málaga que están descubriendo gracias al trabajo de unos cien expertos de la Universidad de Málaga,
ayudados por investigadores de la Universidad de Chicago. Al menos,
quedan dos años más de sondeos, excavaciones y estudios para descubrir todo lo que el pasado del tiempo ha ocultado. Este jueves ha terminado la segunda campaña con
importantes hallazgos.
El asentamiento del Cerro del Villar
se ubicaba en una antigua isla en el delta del río. En 1965 fue descubierto por el arqueólogo malagueño Juan Manuel Muñoz Gambero, pero no ha sido hasta el
2022 cuando se ha empezado a conocer todo lo que miles de años había tapado.
El año pasado se iniciaran los
estudios de geofísica del subsuelo y sondeos, que arrojaban una perspectiva “muy ilusionante sobre lo que nos podíamos encontrar”, pero la realidad “ha sido mucho mejor de lo que esperábamos”. Lo encontrado en la segunda campaña
, este verano, ha marcado “un antes y un después”, ha indicado Gemma del Corral, delegada de Cultura.
El programa de investigación liderado por la UMA se ha centrado este 2023 en “
profundizar” y “conocer la secuencia del yacimiento”. Se ha excavado, en algunas zonas”, “
más de dos metros de profundidad”, ha detallado José Suárez, director del equipo investigador.
Las excavaciones han permitido
conocer cómo se organizaba un inmueble de la época. Se han encontrado restos de
grandes edificios, algunos con más de diez estancias de distinta naturaleza. Algunas estaban dedicadas a actividades metalúrgicas, así como otras para almacenamiento o de carácter doméstico, conformando un gran complejo ordenado a partir de un espacio central. También se ha conocido
dónde estaba el límite de la isla y se ha encontrado “un entorno donde creemos que se debió
ubicar una zona de atraque o embarcadero”.
Uno de los
hallazgos más interesantes ha sido un “complejo” que cuenta con un
empedrado de guijarros y de conchas marinas, cuidadosamente dispuestas en el suelo, y que por la tradición fenicia
se asocian a un lugar de “carácter ritual”, donde los moluscos tienen un papel “protector del mal”: “Un espacio que no conocíamos hasta ahora en el asentamiento”.
Lo hallado hasta el momento “demuestra que el yacimiento
tiene un gran potencial científico para la investigación;
además de patrimonial, gracias al estado de conservación de la estructura”, ha celebrado Suárez. Algunos muros, construidos con barro y piedra y recrecidos con adobe, superan el metro de altura.
El objetivo del próximo año, durante la tercera campaña,
se seguirá excavando para “conectar” los dos espacios ya desenterrados: “Queremos tener un sector amplio de investigación y tener, por primera vez, una gran área abierta y unida”.
Estos trabajos “nos permitirán
valorar el estado de conservación de los restos y que podría servirnos como punto de partida para valorar
un área del yacimiento que pudiera ser potencialmente visitable”. En 2025 está prevista la finalización del proyecto, aunque cabe la posibilidad de que se amplié.
El
futuro de la ciudad fenicia del Cerro del Villar aún es un misterio, aunque se intentará crear un parque arqueológico para que todos podamos ver cómo se vivía en la Málaga del siglo VIII a.C.
Más sorpresas en el Cerro del Villar
Durante las excavaciones se han topado con otro hallazgo muy especial. Se han descubierto
restos romanos de una fábrica de salazones, alejada de lo que es el núcleo fenicio del asentamiento.
Se ha podido constatar la existencia de un sector dedicado a la producción de salazones en época romana (sector 14). Se trata de los restos de una factoría alejada del núcleo fenicio, de la que se ha excavado una de las numerosas piletas que la conforman, en cuyo interior han aparecido materiales arqueológicos que permiten fechar su uso entre los siglos IV-V d.C.