Terminado el espectáculo de la Kings League, llega otra vez el momento de la pasión y el sentimiento. El Málaga CF jugará por segunda jornada consecutiva en La Rosaleda, en este caso ante el Real Madrid Castilla, este sábado a partir de las 20:00 horas.
La intención del equipo blanquiazul es continuar con su inmaculada racha a pies del Guadalmedina. Y es que, hasta el momento, todos los partidos disputados como local se cuenta por victorias.
Eso sí, despistes, los justos. En el triunfo contra el Melilla ya se vieron ciertas carencias durante una segunda parte muy floja que a punto estuvo de costarle un susto al equipo. Resultará crucial, por tanto, mantener la concentración en todo momento.
En frente estará un equipo, el filial merengue, que se encuentra justo en el ecuador de la tabla, en décima posición, tras ganar tres partidos, empatar dos y perder otros tres. No será un rival sencillo, puesto que de los cuatro partidos que ha jugado lejos de Valdebebas, ha ganado dos. Jóvenes promesas de la talla de Gonzalo García, Álvaro o Theo Zidane están llamados a hacer grandes cosas en el mundo del fútbol, por lo que resultará imprescindible mantener los cinco sentidos puestos en el choque.
La afición se prepara para otra locura
En el momento que un servidor escribe esto, se han vendido ya más de 7.200 entradas para este partido. Todo parece indicar que la cifra récord de casi 25.000 espectadores contra el Melilla se va a quedar corta.
La afición ha entendido perfectamente que es parte fundamental en el objetivo de regresar cuanto antes el fútbol profesional. Todavía quedan algo más de 2.000 entradas a la venta, pero no sería de extrañar que se viva el primer lleno de la temporada.
La nota negativa la pondrán las ausencias de los ya consabidos Víctor García y Juande, a los que se han unido ahora Luca Sangalli y Moussa Diarra. El centrocampista cuenta con una lesión de grado 1 de Luca Sangalli en el gemelo interno derecho, mientras que el central sufre una lesión en el bíceps femoral derecho. Ambos ya han iniciado sus procesos de recuperación. Sin ellos, Pellicer deberá jugar sus armas para superar la barrera de los 20 puntos.