La
buena dinámica del Málaga CF continúa lejos de La Rosaleda. El equipo blanquiazul se alzó con una
victoria crucial por 1-2 sobre el Mérida en el estadio romano. Este triunfo no solo consolida el poderío fuera de casa, sino que aprieta la zona alta de la tabla, tras el empate del Ibiza y la derrota del Castellón.
Desde el pitido inicial, el Málaga demostró
mayor control del juego, manteniendo la posesión del balón y presionando con determinación en el campo rival. El protagonista de la jornada fue Roberto, quien abrió el marcador con maestría al convertir un penalti generado por la incansable labor de
Dioni Villalba. Este gol tempranero marcó la pauta para un encuentro vibrante.
No obstante, el Mérida no estaba dispuesto a dejarse vencer fácilmente.
Chuma, con una habilidad destacable, logró
igualar el marcador con un gol que despertó la esperanza en las gradas locales. La debilidad de ambas defensas se hizo evidente, y el partido se convirtió en un vaivén de oportunidades para ambos conjuntos.
El Málaga, sin embargo, no se amilanó y continuó imponiendo su ritmo en el terreno de juego. Fue así como
David Larrubia aprovechó la asistencia de Kevin tras una gran jugada de este último para empalar el balón y
poner el 1-2, desatando la euforia en la afición malagueña.
La labor malaguista rayó el notable en todo momento.
Genaro que se destacó en tareas defensivas.
Diego Murillo, una vez más, se erigió como un pilar en el centro de la defensa, desbaratando los intentos del Mérida por remontar. El Málaga, por su parte, supo capitalizar mejor las oportunidades.
Los extremeños apretaron en la recta final, aunque la seriedad atrás en los últimos minutos sirvió para sumar
tres puntos de oro, que dejan al Málaga con 32 unidades y la sensación de que, jugando así en casa, la historia sería bastante diferente.