Superada la primera quincena del mes de enero, y tras tres partidos disputados, la necesidad de
realizar incorporaciones en forma de fichajes por parte del Málaga CF se antoja más que evidente. La plantilla sigue sin cumplir con las expectativas, con posiciones demasiado cojas.
Es cierto que las prisas suelen ser malas consejeras. No obstante, desde la dirección deportiva parecen haberlo
apostado todo a una recta final en la que, en teoría, los equipos de
Segunda División deberían poner mayores facilidades para aligerar sus plantillas. Una hoja de ruta que, como una ruleta rusa, puede acabar muy bien o de forma catastrófica.
De momento, el
único movimiento ha sido la salida de Loren Zúñiga, delantero que nunca llegó a cuajar con la blanquiazul. Precisamente, la punta de lanza es una de las posiciones que más necesitada anda de refuerzos. Si no tenemos en cuenta a Dioni (acostumbrado a jugar en posiciones más bajas), la única referencia natural con la que cuenta el Málaga es Roberto, algo incompatible con un nivel ofensivo óptimo.
Los
resultados tampoco están acompañando. Un buen inicio de 2024 habría calmado las aguas en este aspecto, pero tras lograr un solo punto de seis posibles, y dejar
actuaciones tan reprobables como la de Ceuta, la afición demanda todavía más que se
ponga solución a dicha casuística.
Han sonado nombres para llegar. Los
José Naranjo, Alejandro Sotillos o Rubén Castro (ese último se habría ofrecido) han sido algunos de los nombres que han salido por parte de la prensa, aunque ninguno ha llegado a coger fuerza.
El tiempo apremia y este domingo visita La Rosaleda el mejor equipo de la categoría, el CD Castellón. A 1 de enero muchos pensarían que a estas alturas ya habría algún jugador nuevo a las órdenes de Sergio Pellicer, pero no parece que esto vaya a ser así. Con lo que haya, habrá que ir a por la victoria y
esperar a que Loren Juarros mueva ficha.