Nacen polluelos de especies amenazadas en Selwo Aventura y Selwo Marina

Polluelos de casuario de Ceram, ave de pasado prehistórico incluida en el Programa Europeo de Especies Amenazadas y cuyas crías las tutela el macho, han nacido este verano en el parque zoológico malagueño Selwo Aventura, y crías de especies de pingüinos, como la Macaroni, en el de Selwo Marina.

Parecida al avestruz, con casi dos metros de altura y unas garras de gran tamaño, es considerada una de las aves más peligrosas del mundo, han explicado desde el centro, que precisan que es oriunda de Nueva Guinea, Cabo York, Ceram e islas Aru, se alimenta de frutos caídos del suelo, es solitaria y muy territorial.

"En esta especie la hembra solo se implica en la puesta de los huevos en el nido y es el macho quien los incuba, ocupándose además de la crianza de los pollos a posteriori", ha detallado el jefe de conservación de Selwo Aventura, Eloy Serrano.

Tanto es así que hay que separar a la hembra para que todo vaya bien, ya que "el macho se vuelve un poco agresivo en defensa del nido y más aún de los pollos", ha señalado para indicar que están muy pendientes de la evolución de las crías, dado su valor para el programa de conservación.

También han visto la luz durante la temporada estival en los parques Selwo de Málaga, crías de tití de Goeldi (Callimico goeldii), primate originario de la cuenca del Amazonas; de antílope acuático (Kobus ellipsiprymnus ellipsiprymnus) africano y de pingüinos Macaroni (Eudyptes chryssolophus) y Gentoo (Pygoscelis papua).

Con su característica cresta de plumas amarillas, el pingüino Macaroni anida en costas rocosas o en acantilados y su dieta se compone de krill, peces pequeños y crustáceos.

El nacimiento de pingüinos Macaroni ha sido un acontecimiento especial, ha destacado el jefe de Conservación de Selwo Marina, Craig Allun, porque se encuentran en una situación muy vulnerable y es común que la hembra ponga dos huevos pero que solamente saque adelante al segundo.

Los Gentoo, por su parte, son los pingüinos más veloces en el medio acuático, donde se sumergen para buscar alimento alcanzando los 36 kilómetros por hora y los 150 metros de profundidad.