La Sección Tercera de la Audiencia de Málaga tiene previsto continuar esta semana el juicio a 15 jóvenes acusados de participar en una pelea en la localidad malagueña de Cómpeta a consecuencia de la cual falleció un británico. Así, se ha fijado para este lunes las declaraciones de peritos y testigos y se espera que el martes sean las conclusiones y los informes finales de las partes.
Los hechos sucedieron en junio de 2009. La Fiscalía considera en sus conclusiones provisionales que se inició una discusión entre los acusados, por un lado, y la víctima, dos de sus hijos, y tres amigos, por otro, en un bar de dicha localidad, sin que se pueda determinar quién de los procesados la comenzó. Tras eso, se fueron al exterior del local y comenzó una pelea con dos bandos diferenciados.
Según el ministerio público, los acusados "agredieron a los perjudicados, utilizando diversos instrumentos, tales como palos de sombrilla, botellas de cristal, maceteros o cinturones", de forma que éstos "sólo pudieron repeler los golpes". Asimismo, en su escrito inicial, al que ha tenido acceso Europa Press, se señala que no se ha podido determinar cuál de los procesados produjo cada herida.
No obstante, se indica que uno de los acusados propinó un botellazo en la cabeza a la víctima, quien quedó aturdida pero pudo subir a la parte superior de otro establecimiento, donde otro de los procesados le dio un empujón. Por esto, el hombre se precipitó al suelo desde una altura de cuatro metros, aproximadamente, dice la calificación inicial.
Se añade que "el hecho de que se encontrara gravemente herido" no impidió que "algunos de los procesados continuara dándole patadas y golpes", aunque no se ha podido concretar "cuál de ellos". El perjudicado fue trasladado a un hospital, donde murió 11 días después. Tres acompañantes de la víctima sufrieron distintas lesiones, quedándoles secuelas.
Así, se acusa a 12 de los procesados por un delito de riña tumultuaria, solicitando para cada uno una pena de un año de prisión; mientras que a dos de ellos se les acusa de un delito de lesiones, por el que se pide una condena de cuatro años de cárcel a cada uno. La acusación particular, en representación de la familia, acusa a uno de éstos por homicidio, en lugar de lesiones.
Asimismo, el fiscal acusa a uno de los procesados de un delito de homicidio, por el que solicita una pena de 12 años de prisión y que indemnice a la mujer del fallecido con 120.000 euros y con un total de 270.000 euros a los tres hijos de éste. Se pide que todos indemnicen conjuntamente a los herederos del fallecido y a los otros perjudicados con 6.000 euros a cada uno.
La mayoría de los acusados declararon que tuvieron alguna intervención en la reyerta, aunque sostuvieron que lo hicieron solo para defenderse a sí mismos o a sus amigos de la agresión que estaban sufriendo por parte de la víctima y de sus acompañantes. El joven acusado por el fiscal por la muerte del inglés negó que lo empujara o que su intención fuera tirarlo por las escaleras, sino "defenderme".
Los dos hijos del fallecido --que entonces tenían 16 años-- reconocieron a los acusados como participantes en la reyerta, aunque no pudieron concretar qué hizo cada uno, puesto que, dijeron, estaban "peleando por su vida". Han asegurado que los atacantes utilizaron macetas, puños americanos, botellas y palos y que el momento fue "un poco aterrador" porque "todos estaban atacando".