La Audiencia de Málaga ha condenado a un hombre a una pena de tres años de cárcel por un delito contra la salud pública ya que el varón era el encargado de recoger un paquete que provenía de Argentina en cuyo interior había ropa de bebé impregnada de cocaína.
Los hechos tuvieron lugar en noviembre, cuando, según se declara probado en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Policía Judicial de la Guardia Civil de Madrid apreció la existencia en el almacén de Correos del aeropuerto de Madrid-Barajas de un paquete remitido desde Argentina.
Dicho paquete pesaba 1.350 gramos y fue inspeccionado por la Unidad de Análisis de Riesgo de la Guardia Civil, hallando varios artículos de bebé entre los que se encontró ropa impregnada de cocaína en el doble forro.
Por esto, un miembro de la Guardia Civil se desplazó a Málaga para hacer entrega del referido paquete --dejando un aviso en el domicilio de destino-- y se estableció un dispositivo camuflado en las inmediaciones de la sucursal de Correos de la que el hombre retiraría la mercancía.
Así, el acusado se personó en Correos portando el aviso de llegada y autorización manuscrita de otro hombre para recoger el paquete, por lo que se procedió a la detención del mismo, incautándole la ropa de bebé.
Una vez analizada la sustancia incautada, se determinó que era cocaína con un peso de 277,1 gramos y una pureza del 57,1 por ciento, cuyo valor en el mercado ilícito ascendía aproximadamente a los 23.591 euros.
Según se explica en la sentencia, el acusado negó en todo momento conocer el contenido del paquete, pero después lo que negó fue haber ido a Correos a recoger un paquete, diciendo que él "sólo se disponía a llevar una carta".
Sin embargo, en el plenario el acusado volvió a modificar su declaración y manifestó que "desconocía que el paquete que iba a recoger contuviese sustancia estupefaciente, declarando así que la persona que se lo envió le había mentido, y que él sólo pretendía hacerle un favor". Asimismo, dijo que no sabía dónde vivía y que "lo conocía de poco, de la calle".
Así, "puestas de manifiesto las contradicciones en cuanto a sus declaraciones", dijo que estaba "confuso" y que "imaginó que algo malo contenía el paquete". Unas declaraciones que la Sala ha entendido como "su derecho legítimo a no decir la verdad" pero que resulta "sorprendente" que la cantidad de droga que contenía el paquete "sea puesta en manos de una persona a la que apenas se conoce".
Por estos hechos, la Audiencia Provincial ha considerado sificiente las pruebas, por lo que ha condenado al acusado a una pena de tres años de prisión y al pago de una multa de 30.000 euros por un delito contra la salud pública por tráfico de sustancias estupefacientes que causan grave daño a la salud.