Más de tres décadas al frente de sus ayuntamientos. Esa es la carta de presentación de los incombustibles alcaldes de los municipios malagueños de Comares y de Almogía, Manuel Robles (PP) y Cristóbal Torreblanca (PSOE), respectivamente, que, tras las elecciones del pasado 24 de mayo, han revalidado sus mayorías absolutas con el objetivo de seguir transformando los pueblos en los que nacieron y han desarrollado su vida.
Manuel Robles llegó al Ayuntamiento de Comares, cuna de verdiales y Balcón de la Axarquía, en 1979 de la mano de UCD y en 1983, con sólo 30 años, salió de alcalde por Alianza Popular. Un interés el de la política que le inculcó quizá su padre, que fue teniente de alcalde. De todos modos, ha aclarado que "no estoy aferrado al sillón, yo tengo mi negocio, mis hijos y mis cuatro nietos, pero el pueblo me pide que continúe".
A sus 62 años, ha visto "una metamorfosis completa" de Comares y también del resto de la provincia. "Cuando llegué a la Alcaldía no había ni luz ni agua ni teléfono en las barriadas ni carriles ni acequias ni piscina ni hogar del jubilado, prácticamente no teníamos nada", ha señalado a Europa Press, defendiendo que "hoy los pueblos del interior tienen tantos o más servicios que los de la capital, además de buena gastronomía, naturaleza y aire puro".
Robles ha dejado claro que, pese a iniciar ahora su noveno mandato, sigue teniendo "ilusión" por trabajar por este municipio de unos 1.500 habitantes: "si no fuera así, no me hubiera presentado". "Todo lo que he ganado en mi vida lo he invertido en mi pueblo para que vaya hacia adelante, por lo que soy el principal interesado en que siga avanzando y no caiga nunca", ha indicado.
En las elecciones del pasado 24 de mayo el PP consiguió seis de los nueve concejales que conforman la Corporación comareña, en la que como oposición sólo se encuentra el PSOE. Un resultado que, aunque suponga un edil menos con relación a los comicios de 2011, le da la mayoría absoluta, en la línea de todos sus mandatos anteriores.
ALMOGÍA
Cristóbal Torreblanca, por su parte, iniciará, igualmente, a partir del 13 de junio su noveno mandato al frente del Ayuntamiento de Almogía, municipio de unos 4.000 habitantes de la comarca del Valle del Guadalhorce y referente también en lo que a verdiales se refiere. Un pueblo que, como el resto al inicio de la democracia, estaba en "un estado lamentable" y que "ahora cuenta con todas las dotaciones".
Con ocho concejales de los 11 que integran la Corporación, en la que sólo el PP ejercerá la oposición, el socialista, de 60 años, reconoce que mantiene la "ilusión" de siempre gracias al "apoyo de la gente". Prueba de ello es que el PSOE ha obtenido un edil más respecto a los pasados comicios y que desde 1983, año en el que comenzó su andadura como alcalde, sólo ha gobernado con mayorías absolutas.
Ocupó el sillón de la Alcaldía con 28 años recién cumplidos, se casó siendo regidor y sus hijos sólo han conocido a su padre ejerciendo como tal. Una andadura que podía haber empezado antes, incluso, ya que el PSOE quería que se hubiera presentado en 1979 a las primeras elecciones municipales democráticas, pero "tenía 14 meses de mili por delante y decidí que no".
Sin embargo, en 1983 ya no tuvo excusa, cumpliendo, además, sus "inquietudes políticas", algo que con el apoyo de sus conciudadanos ha seguido alimentando durante más de tres décadas. "Yo no apago el móvil, duermo con él pegado a la cama; todo el mundo sabe, además, mi teléfono fijo de casa, y me siento en un escalón a hablar con cualquiera", ha relatado, agregando que "las personas quieren ser escuchadas y que, como representante que eres de ellas, las atiendas y les ayudes; en el fondo esto es muy sencillo".
No obstante, la política tiene también sus aspectos "desagradables" como cuando en 2009 fue imputado por prevaricación y falsedad documental en una operación judicial que investiga presuntas irregularidades en la concesión de unas licencias urbanísticas. Pese a eso, sigue compensándole el trabajo municipal: "he actuado siempre dentro de la legalidad y haciendo las cosas bien, no me escondo de nada".
Torreblanca ha admitido que la crisis económica cambió todos los planes en el Ayuntamiento, teniendo que aparcar proyectos para atender a las familias. Por ello, en este noveno mandato trabajará para potenciar la generación de empleo y el turismo, aunque también ha incidido en la necesidad de seguir haciendo infraestructuras que permitan la mejora de calles y los accesos desde Málaga y Villanueva de la Concepción y Casabermeja.
VILLANUEVA DE TAPIA
Aunque no iniciará su noveno mandato como Robles o Torreblanca, básicamente porque la edad todavía no se lo permite, Encarnación Páez (IU-Para la Gente) va en esa misma línea. Por el momento, lleva la mitad de tiempo que ellos con el bastón de mando del Consistorio de Villanueva de Tapia.
El pasado 24 de mayo obtuvo una nueva mayoría absoluta, con seis concejales --cuatro mujeres y dos hombres-- de los nueve que integran el Ayuntamiento tapiense. Una Corporación de izquierdas, conformada sólo por la coalición, que logra un edil más respecto a 2011, y el PSOE.
Pese a sus 16 años al frente del Consistorio de este municipio de la comarca de Antequera, de unos 1.500 habitantes, siempre con mayoría absoluta, excepto en su primer mandato, "esta victoria ha sido una inyección de energía increíble para mí", sobre todo, ha precisado Páez, teniendo en cuenta que "el poder desgasta, que ha habido una crisis bestial y que hemos sufrido mucho en los pueblos".
"Vamos a innovar, tenemos un equipo con muchas ganas de trabajar y estamos con la moral altísima" de cara a este quinto mandato que comenzará a partir del 13 de junio, ha afirmado a Europa Press Páez, que entró en 1999 como alcaldesa con 30 años como si de una "aventura" se tratara, y, ahora, a sus 46 años y con toda la experiencia que acumula a sus espaldas, se muestra orgullosa de que "haya salido bien". Eso sí, asegura que no se aferra al cargo.
Y es que, en este tiempo, "se han hecho muchas cosas de infraestructuras, servicios, actividades y nuevas dinámicas con la gente" y, de cara a los próximos cuatro años, como decía el eslogan de su campaña, "haremos lo que podamos", ha manifestado Páez, quien ha querido resaltar el apoyo de sus hijos. Unos niños que sólo han visto a su madre trabajando como alcaldesa de Villanueva de Tapia: "entré en el Ayuntamiento embarazada del mayor, que va a cumplir 16 años, y luego llegó el pequeño, que tiene 13".