El culebrón de La Cónsula y La Fonda ha vuelto a sumar un sorprendente nuevo capítulo en su maltrecha historia. Los alumnos de ambas escuelas de hostelería no podrán volver a clase hasta nueva orden, según una comunicación que han recibido, es decir, hasta que se resuelva el embrollo administrativo en que se encuentran enredados los dos centros de formación para su integración en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE).
La portavoz de la plantilla de La Cónsula, María Luisa Vargas, informó ayer de este extremo, de forma que estos estudiantes no podrán incorporarse a sus clases hasta que concluya la ansiada auditoría de cuentas, encargada a la empresa Avanter. Ayer, los empleados de ambos centros de formación mantuvieron un encuentro con los liquidadores de los consorcios, quienes les han transmitido las dificultades para retomar la actividad.
Y es que en este caso la realidad supera la ficción, porque después de las Navidades aún no se ha elaborado el informe de la intervención, imprescindible para la realización de la auditoría de cuentas, comenta Vargas. “Pedimos una explicación. Esta situación es insostenible. Sólo les digo a estas personas qué pasaría si su trabajo dependiese de el cobro de las nóminas”, dice la portavoz con gran desesperación.
Así las cosas, los plazos se extienden los trabajadores exigen “explicaciones”. “Hemos intentando contactar con el director general de Formación para el Empleo, Manuel García, pero está enfermo”.