La artista rusa Svetlana Kalachnik, nacionalizada española, comenzó su pasión por la pintura con tan sólo cinco años en su Rusia natal. Vino a Málaga hace 17 años de la pequeña localidad de Voronez para quedarse. En Málaga, la pintora se ha impregnado de la luminosidad y el colorido del Mediterráneo para configurar un imaginario creativo en torno al mundo de los sentimientos y las emociones.
La creatividad de Kalachnik acaba de recalar en la Galería Benedito, compuesta por una extensa colección de factura reciente. Óleos sobre lienzo, esculturas y cerámicas conforman esta nueva andanada estética protagonizada por el mundo de las relaciones de pareja.
Cenando solos, Corre que nos pilla, Despierta, Cruce de caminos, Secretitos, Tarde de fiesta y En la ducha son testimonios artísticos de esta “cronista” de la vida, tal y como ella misma se define. “Me encanta plasmar en mis lienzos todo lo que sucede a mi alrededor; me resulta muy gratificante”, comenta Svetlana.
Hasta el 31 de marzo puede visitarse esta exposición de la artista rusa, cuyas obras hacen gala de su peculiar estilo figurativo mágico.
Sus composiciones son ensoñaciones “coloristas y vitalistas” cargadas de sentido del humor y mucha ironía. Aquí, el paisaje es un “complemento perfecto” para narrar historias cotidianas del amor y el desamor, celos y encuentros.
En Benedito se exhibe además el grabado ganador del Premio Internacional de la Fundación Vivanco 2015, El oro en purpurina llamas, una aguafuerte con aplicaciones de oro y acuarela, y la obra gráfica de mezzotinta, Degustación.
La creadora, licenciada en Bellas Artes, asegura con rotundidad que en Málaga ha alcanzado la “plenitud artística”. De hecho, sus obras ya se exportan a países como Dinamarca, Holanda y Bélgica.
