Tradicional domingo de traslados en un centro histórico abarrotado de malagueños y visitantes y donde las toneladas de basura a consecuencia de la huelga de limpieza de los trabajadores de Limasa que ha durado once días dieron paso a un ambiente propio de los prolegómenos a la Semana Santa, la cual fue pregonada el pasado sábado por el periodista radiofónico Antonio Guadamuro.
Poco a poco, la capital empieza a recobrar su atractivo y ya se contemplaba la estética cofrade. Sillas apiladas y las monumentales tribunas de la rotonda del Marqués de Larios y de la plaza de La Constitución y un ambiente muy festivo dieron la bienvenida a una jornada tradicional de traslados, que comenzó por la mañana con el primero de los siete previsto, que correspondió a la salida de la Archicofradía de la Sangre, cuyo traslado estuvo arropado por cientos de devotos.
Por la tarde, los titulares de las cofradías de Gitanos, Prendimiento, Pollinica, Huerto y Piedad recorrieron las calles de la ciudad rumbo a sus respectivas casa hermandad. Otro de los actos destacados de esta antesala a la Semana Santa fue en la Hermandad de las Penas, donde tuvo lugar la entronización del Cristo de la Agonía.
Afortunadamente, el hedor y los malos olores en zonas tan concurridas como la Alameda Principal, la calle Larios y sus vías aledañas ya han desaparecido y empiezan a cobrar protagonismo los aromas característicos de estos días festivos, como son el azahar y el incienso.
No obstante, los diez distritos restantes tendrán que esperar unos días más para conseguir la ansiada normalidad, después de un duro conflicto laboral que se ha saldado con 5.000 toneladas de residuos acumulados y once días de paro .
De hecho, Limasa ha previsto tener la ciudad reluciente y a punto en los días previos a la Semana Santa, concretamente el miércoles próximo, 16 de marzo.
Frente a la limpieza del centro, los barrios con mayor número de habitantes son los que todavía ayer seguían mostrando una imagen desoladora, con contenedores y papeleras a rebosar de inmundicia y residuos desparramados por los suelos.
