“El futuro pasa por una formación de las emociones, no académica”

Publicado: 09/04/2018
Almudena Gallego es la gerente de la Fundación Anna O en Málaga, institución que ayuda y ampara a mujeres en situación de vulnerabilidad
El pasado 8 de marzo las calles se tiñeron de color morado. Un grito unánime en favor de la igualdad de género y de los derechos de la mujer. Con cierto espacio de tiempo, desde la Fundación Anna O en Málaga, se hace balance de lo ocurrido. 

-¿Se percibe que haya cambiado algo tras la respuesta masiva del 8M?

–Lo que se percibe es que las mujeres, por fin, han dado el paso de salir a la calle y movilizarse, con mayor o menor éxito o mayor o menor organización, pero por lo menos salimos a la calle para cada una, desde el prisma que tiene personal, reivindicar lo que cree que debe que reivindicar. Esperemos que esto sea un punto de inflexión en el que podamos ir caminando hacia delante para seguir conquistando todo lo que tiene que llegar. 

-¿Y hasta dónde tiene que llegar esa conquista?

–Creo que deberíamos llegar hasta donde la cuna del feminismo: por lo que empezaron a luchar nuestras mujeres. Esto es la conquista por la educación, conquista por los derechos reales… La conquista sobre el papel ya está hecha pero queda que eso sea real y efectivo. Para eso es necesario una implicación de todos los poderes públicos, por eso, por mucha conciliación que se quiera en las casas  si no hay medidas que la favorezcan pues no sirve. La lucha es desde abajo pero las medidas tienen que venir desde arriba.   

-Desde muchos foros se apela a la educación  como base para conseguir la igualdad. ¿Se corresponde el sistema educativo actual con esos propósitos?

–La educación, así como la sociedad, tiene que amoldarse a las nuevas realidades. Nosotras, desde la Fundación Anna O, pensamos no tanto en una formación académica como una formación de las emociones tiene que tener un papel  muy importante dentro del sistema educativo. No sólo en los colegios sino toda la comunidad educativa tiene que implicarse para hacer seres humanos bien formados y académicamente brillantes, en caso de que puedan serlo, sino también emocio
nalmente equilibrados y con unas capacidades que puedan potenciarlas porque emocionalmente puedan asumir una vida equilibrada. Nosotras pensamos que el futuro va por ahí: por la formación emocional no por la formación no académica. 

-Ahí hablamos del interior de las aulas pero, ¿esto se ha asumido en la familia?

- Esa es la primera asignatura pendiente porque no hay que olvidar que es un pilar fundamental para los niños y los chavales el centro educativo pero la base de las persona está en la familia. Entonces precisamente nosotras trabajamos con las mujeres bien como mamás, como futuras mamás o como hijas de madres con las que tienen o podrían tener conflictos. Si actuamos sobre ellas el resto del entorno familiar se va a ver favorecido por el cambio o por la nueva manera que tiene la mujer de intervenir dentro de la familia, con los hijos, con el marido, con sus padres, con su entorno laboral, etc…El hecho de que la mujer sea la transmisora de ciertos valores del mundo emocional es lo que nos hace trabajar con ellas para que ellas soluciones primero sus conflictos emocionales y luego puedan hacer una buena trasmisión a las generaciones futuras y sobre todo a sus hijas que van a ser las que a su vez transmitirá a sus hijos  o hijas lo que han recibido.

- ¿Hablaba antes de la conquista femenina pero ¿se ha retrocedido en algo con el paso de los años?

–Sí. Nosotros percibimos como hace 20 ó 25 años las mujeres estaban más preparadas para adquirir un compromiso cosa
que hoy no es. Hoy en día el compromiso de trabajar por su propia mejoría, por cambiar algo en sus vidas no es así. Queremos todo inmediato, queremos tratamientos milagrosos. Muchas mujeres creen que un problema que llevan arrastrando años, con cuatro sesiones o en cuatro meses vas a estar perfecta, y eso no existe.

-¿Qué mensaje se le puede mandar a una mujer en situación vulnerable?

–Que pida ayuda, pero que esa petición implique no forzarla a hacer nada para lo que no esté preparada. Primero tiene que prepararse para dar cualquier paso pero lo primero es pedir ayuda. Es verdad que los sistemas de protección ante este tipo de problemas no son perfectos pero quedarse en la casa y seguir aguantando, eso, bajo ningún concepto. 
 

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