"Una crítica del sistema y del contexto, y excede largamente la cuestión del embarazo de una adolescente", explica el cineasta
Después de ganar la Cámara de Oro en el Festival de Cannes por su "ópera prima", "Las Acacias", el director argentino Pablo Giorgelli regresa ahora con "Invisible", en la que aborda el aborto, que califica como "un tema tabú" en su país, y de la que espera que sirva para abrir una reflexión.
"En Argentina el aborto es ilegal y la sociedad está fracturada al respecto, por eso era un tema difícil de abordar y me llevó mucho tiempo decidir cómo iba a contar la película", ha afirmado Giorgelli, que hoy presenta el filme en la sección oficial a concurso del vigésimo primer Festival de Cine en Español de Málaga.
Considera que la película no toma partido a favor o en contra del aborto, sino que contiene "una crítica del sistema y del contexto, y excede largamente la cuestión del embarazo de una adolescente y de la posibilidad de abortar".
Para Giorgelli, el tema central es "el desamparo", y la adolescencia "es un periodo desamparado por excelencia, en el que uno es como una ameba que está intentando saber quién es".
Decidió contar la historia "desde el punto de vista de la protagonista", lo que como director le obligaba a "dar un paso al costado para tratar de entender al personaje y las decisiones que podría tomar".
Cree que se pueden producir "lecturas demasiado simplificadas, cuando las cosas son mucho más complejas", y las decisiones de la protagonista "tienen que ver con el contexto de ilegalidad, porque en un contexto distinto la decisión habría sido otra".
"La película tiene varios niveles de lectura, hay detalles del tipo de sociedad que tenemos en Argentina y habla de desigualdad social y de una sociedad donde es más fácil operar a un perro atropellado que atender a una adolescente que va al servicio de salud y prácticamente es expulsada".
Según el director, esa adolescente sufre "un desamparo prácticamente en todos los órdenes de su vida: de su madre; institucional, en una escuela donde enseñan italiano pero no educación sexual; del Estado, con un servicio de salud que la expulsa, y en las condiciones laborales".
A la actriz protagonista, Mora Arenillas, la descubrió después de más de un año y medio de pruebas de reparto y de ver a más de trescientas jóvenes.
"Mora vino al comienzo y la descarté porque sólo tenía 15 años, pero después pedí que la volvieran a llamar", ha explicado Georgelli, que ha descubierto a una "actriz increíble, que entiende el poder comunicar prescindiendo de la palabra", y está seguro de que la película "no sería lo que es" sin ella.