La Costa del Sol, paraíso de sol y playa y destino del turismo de lujo, ha vivido en los últimos meses un repunte de incidentes violentos, con secuestros y hasta seis tiroteos en lo que va de año, unos sucesos que tienen en alerta a los agentes de policía y muy preocupados a las autoridades, el empresariado y la población.
El epicentro de estos sucesos ha sido Marbella, donde en los últimos tres meses y medio se han registrado cinco tiroteos en la vía pública, algunos con heridos de bala.
Su alcaldesa, Ángeles Muñoz, ha pedido la celebración de una Junta Local de Seguridad -agendada para el próximo 25 de abril- en la que abordar "cuestiones que son trascendentales, no solamente para el corto plazo, sino también para el medio y el largo".
Por parte de la Subdelegación del Gobierno y, en este caso, de Policía Nacional, Marbella "tiene que ser una prioridad", ha subrayado la regidora, que ha planteado que sería conveniente que la Policía Local tuviese "la oportunidad de compartir informaciones que en este momento solamente tiene la Policía Nacional".
Aunque los datos sobre criminalidad en España referentes al tercer trimestre de 2023 muestran que en Marbella se ha producido una disminución del 7,4 % de los "delitos habituales", precisa la alcaldesa de Marbella, los incidentes graves de los que ha sido testigo la ciudad en los últimos meses "se tienen que atajar con eficacia".
A este respecto, el subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, ha asegurado que las manifestaciones de Muñoz pidiendo a la Policía Nacional que se tome en serio los últimos acontecimientos "son impresentables" y ha recordado que las investigaciones de los tiroteos son "secretas, dirigidas por la autoridad judicial".
"El Gobierno de España apoya a la Policía Nacional sin fisuras. Hemos actuado con celeridad y determinación a través del Plan Marbella para responder con más medios y más efectivos", ha asegurado Salas.
Plan Marbella
Este tipo de incidentes, en su mayoría relacionados con el crimen organizado, tienen en alerta a los cuerpos policiales y, por ello, la Subdelegación del Gobierno ha puesto en marcha un dispositivo especial de la Policía Nacional para combatirlos a través del recientemente anunciado Plan Marbella.
Así, para reforzar la seguridad en la zona, se ha optado por desplazar a agentes adscritos a la Unidad de Intervención Policial (UIP) y la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) desde distintas dependencias policiales de Andalucía Oriental, además de guías caninos y medios aéreos.
Ángeles Muñoz espera que estos sucesos no dañen la imagen de Marbella y, sobre todo, "se resuelvan pronto", una preocupación que comparte con los empresarios de la zona y muchos vecinos.
"La seguridad también es un valor añadido" para cualquier destino, ya sea turístico o residencial, apunta la regidora marbellí, y en esto coincide con el presidente de la Federación de Urbanizadores y Turismo Residencial, Ricardo Arranz, y la presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales de Marbella, Kristina Szekely.
La importancia de la seguridad
En declaraciones a EFE, Arranz destaca que hay tres aspectos que son clave para el inversor y el turista de cierto poder adquisitivo a la hora de elegir destino en el que comprar una segunda o una tercera residencia: el clima, las infraestructuras y la seguridad.
Hasta ahora, Marbella tenía "una seguridad impecable" que la situaba en un lugar preferente respecto a sus competidores, apunta el empresario, y muchos extranjeros han elegido para vivir "el triángulo de oro" de la Costa del Sol precisamente por una seguridad que no encontraban en sus países de origen. "Pero los últimos acontecimientos nos están poniendo un poco nerviosos", reconoce.
"Cuando se trata de un caso aislado no es problema, la noticia a los tres días se ha olvidado. El problema es que sea algo continuado", apunta Kristina Szekely, para quien "la Policía está presente y hace todo lo que puede, pero, sin duda, algo más hay que hacer".
La empresaria cree que deben tomarse medidas desde Madrid y pone el acento en aspectos como el control de fronteras o en dotar a los agentes de Policía de más medios para combatir el crimen.
Residentes y turistas
Para el presidente del Club de Empresarios y Profesionales de Marbella (CEPM), Alejandro Criado, la seguridad hay que analizarla desde dos perspectivas, la de quienes viven en Marbella y la del turismo, y ha añadido que el tipo de crimen que se da en la actualidad en la Costa del Sol les afecta "menos a nivel personal, pero es mucho más peligroso y es de origen esencialmente extranjero".
Si bien la sensación de inseguridad "no existe tanto en los núcleos del centro y de San Pedro de Alcántara, sí en la zona de Puerto Banús, que ha visto gravemente deteriorada su imagen y es una verdadera pena".
Según este empresario, "muchos posibles visitantes para la época de verano posiblemente vayan a elegir otros destinos con mayor apariencia de seguridad" debido a los tiroteos entre grupos organizados, que luego aparecen en medios de comunicación y que "afectan gravemente la imagen de la ciudad".
Preocupación vecinal
Macarena Granados, profesora y vecina de Marbella, también está preocupada por las "inquietantes noticias" que aparecen en prensa últimamente. Más allá de que pueda uno resultar herido por una bala perdida, cree que estos sucesos empiezan a "afectar" a la imagen de la ciudad y "asustar a los turistas".
Explica que algunos de sus familiares gestionan apartamentos que alquilan en verano y que "normalmente en Semana Santa ya se quedan reservados". Sin embargo "este año y en la fecha en la que estamos no ha entrado ninguna reserva".
No menos preocupada está la interiorista Susana Urbano, quien se mudó con su familia desde Alemania a Marbella hace poco más de cuatro años. "Lo que está ocurriendo es horroroso y no estoy muy segura de qué va a ocurrir de cara al verano", señala, aunque se muestra confiada en que el anunciado Plan Marbella resulte efectivo.
La Costa del Sol ha sido escenario de seis tiroteos en lo que va de año, cinco en Marbella y uno en la vecina Mijas, además de otros sucesos violentos, como el secuestro de un ciudadano sueco de origen turco en Fuengirola, que fue retenido por sus captores durante 23 días tras llegar al Aeropuerto Málaga.
