No se descarta que el enfado en las filas conservadoras se traduzca en un proceso para destituir a Johnson como líder
El primer ministro británico, Boris Johnson, se enfrenta este miércoles a una difícil sesión de control parlamentaria a raíz del escándalo de las fiestas en su residencia oficial, mientras cada vez son más los diputados conservadores dispuestos a retirarle su confianza como líder.
En la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, Johnson espera ser interpelado hoy sobre si estaba al tanto o no de unas fiestas que tuvieron lugar en Downing Street en 2020 mientras el Reino Unido cumplía estrictas medidas restrictivas para contener la propagación de la covid-19.
A pesar de haberse disculpado y de asegurar que pensaba que se trataba de reuniones de trabajo, la posición de Johnson es cada vez más débil debido al malestar en las filas conservadoras, en particular de los nuevos diputados que obtuvieron escaños -en 2019- en circunscripciones del norte de Inglaterra, tradicionalmente en manos de la oposición Laborista, señala hoy el "Daily Telegraph".
No se descarta que el enfado en las filas conservadoras se traduzca en un proceso para destituir a Johnson como líder.
Según los medios, el denominado Comité 1922, que agrupa a los parlamentarios conservadores sin cartera, ha recibido ya algunas cartas de diputados en las que manifiestan que no tienen confianza en el líder de su partido, pero se necesitan un total de 54 misivas para que se inicie el proceso que decida el futuro de Johnson.
Al parecer, varios diputados del norte de Inglaterra se reunieron ayer para analizar los pasos y es posible que el Comité 1922 reciba este mismo miércoles las 54 misivas necesarias.
De ser así, el presidente del poderoso Comité 1922, Graham Brady, se verá obligado a comunicar a Johnson el inicio del proceso interno, que deberá decidir si sigue o no como líder.
Según los medios, otros diputados son partidarios de esperar a que se haga público el resultado de la investigación de la funcionaria Sue Gray sobre las fiestas celebradas en el 10 de Downing Street.