Agregó que el sabotaje en los gasoductos rusos es "un acto de terrorismo internacional", cuyas consecuencias serán "significativas" para Europa
El secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev, comparó este miércoles el supuesto sabotaje en los gasoductos Nord Stream con un atentado contra un oleoducto en Nicaragua, ocurrido en 1983.
"Recuerdo que una situación similar ocurrió en 1983, cuando saboteadores reclutados por la CIA organizaron ataques contra Nicaragua, que llevaron, entre otras cosas, a la destrucción del oleoducto ubicado en uno de los puertos", dijo Pátrushev, citado por la agencia Interfax.
Agregó que el sabotaje en los gasoductos rusos es "un acto de terrorismo internacional", cuyas consecuencias serán "significativas" para Europa.
"Sus consecuencias, evidentemente, serán significativas para la población europea", aseveró y reiteró que entre los interesados en esta situación se encuentra EEUU.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, acusó la semana pasada a países "anglosajones" de estar detrás del sabotaje de los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2, en cuyas tuberías se detectaron cuatro fugas en el mar Báltico.
"Las sanciones no son suficientes para los anglosajones, han pasado a un sabotaje increíble, pero esto es un hecho, habiendo organizado explosiones en los gasoductos internacionales de Nord Stream, que se extienden por el fondo del mar Báltico", dijo Putin.
Más tarde, el Gobierno ruso aseguró que Estados Unidos, Ucrania y Polonia están entre los interesados en el sabotaje de las tuberías rusas.
"En primer lugar, debemos esclarecer quién lo hizo y estamos seguros de que estaban interesados ciertos países que expresaron anteriormente su postura", dijo Alexandr Novak, viceprimer ministro ruso.
Novak agregó: "EEUU, Ucrania y Polonia en su momento dijeron que 'esa infraestructura no funcionará y que harán todo lo posible para ello'. Por eso, por supuesto, esto hay que analizarlo con seriedad".
En la misma línea, el jefe del Servicio de Espionaje Exterior (SVR) de Rusia, Serguéi Narishkin, denunció un "rastro occidental" tras las fugas en los gasoductos.
"Continuamos recabando datos. Por ahora son indirectos, pero los datos indirectos, aquellos que ya fueron presentados públicamente y los que aún no han sido publicados, por supuesto, apuntan a un rastro occidental", apuntó Narishkin.
El primer Nord Stream, con una capacidad de bombeo de 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año, se encontraba parado desde hace un mes, primero por "labores de mantenimiento rutinarias" y después por una supuesta fuga de aceite en la única estación compresora rusa que aún estaba operativa y que Rusia alega no puede reparar por las sanciones occidentales impuestas al país por su campaña militar en Ucrania.
Y el Nord Stream 2 nunca llegó a operar debido al bloqueo por parte de Berlín de la infraestructura.
No obstante, ambos gasoductos estaban llenos de gas cuando se detectaron las fugas.