Sus disposiciones, no obstante, comenzarán a aplicarse en seis meses, a partir del 2 de mayo de 2023 o a más tardar el 3 de julio del próximo año
La ley europea de mercados digitales, que fija nuevas normas antimonopolio para las grandes plataformas de internet, entra en vigor este martes con el objetivo de combatir el abuso de poder de gigantes como Google, Amazon, Facebook o Apple.
Sus disposiciones, no obstante, comenzarán a aplicarse en seis meses, a partir del 2 de mayo de 2023 o a más tardar el 3 de julio del próximo año, precisó la Comisión Europea en un comunicado.
El objetivo de la normativa, propuesta en 2020, es poner fin a las prácticas desleales de las plataformas digitales que sirven de enlace entre las empresas y los consumidores.
La ley fija obligaciones previas en materia de libre competencia que las tecnológicas deberán cumplir antes de que Bruselas las investigue y que inciden precisamente en las prácticas por las que en los últimos años las ha multado y las ha llevado ante la Justicia europea.
Así, les prohíbe combinar los datos personales que adquieren de los usuarios a través de los múltiples servicios que ofrecen, por ejemplo, que Facebook cruce la información que obtiene de su red social con la del servicio de mensajería WhatsApp, a no ser que exista un consentimiento previo.
También tendrán que dar acceso a las empresas a los datos generados por sus clientes, permitir que los usuarios puedan desinstalar las aplicaciones que vienen por defecto en los dispositivos móviles o se prohibirá a las tecnológicas favorecer sus propios servicios frente a los de la competencia.
Requisitos que tendrán que cumplir todas las empresas con 45 millones de usuarios mensuales y más de 10.000 usuarios empresariales al año.
En caso de que las plataformas incumplan estos requisitos de forma reiterada, la Comisión podrá imponerles multas de hasta el 20 % de su facturación mundial y, en último término, forzar a una reestructuración de las empresas.
Esta normativa se completa con la ley de servicios digitales, que obligará a las grandes tecnológicas a eliminar rápidamente el contenido ilegal en internet, siempre que tengan conocimiento de ello, y les someterá a una mayor transparencia en el funcionamiento de los algoritmos que regulan lo que los ciudadanos ven en la red.
Precisamente la ley que el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, recordó el pasado viernes, cuando el hombre más rico del mundo, Elon Musk, culminó la compra de Twitter.