Tras crear un entramado societario de empresas instrumentales, los miembros de la banda simulaban ser agentes autorizados para gestionar inversiones, lo que les llevó a captar a estas 80 víctimas, a las que sustrajeron 20 millones de libras que canalizaban a través de diversos bancos europeos hacia Suecia.
Después, transferían importantes cantidades de dinero a España, informa en un comunicado la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil.
Los implicados en la trama están acusados de participar en los delitos de asociación ilícita, estafa, robo y blanqueo de capitales.