Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) han reclamado este jueves a la Comisión Europea que concrete las medidas a poner en marcha para tratar de ganar la carrera 'verde' a otros competidores internacionales como China o Estados Unidos, que quieren inyectar subvenciones a sus industrias limpias, y entre las que urgen a flexibilizar las ayudas de Estado en un marco temporal y acotado a áreas estratégicas.
Por su parte, Bruselas ha ofrecido agilizar la disponibilidad y el uso de fondos hasta 2025 y en las áreas concretas de energía eólica, bombas de calor, energía solar, hidrógeno limpio y almacenamiento.
Este es el planteamiento que la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha planteado a los líderes en la cumbre que se ha celebrado en Bruselas y con el que pretende responder a las demandas de los Veintisiete de que la flexibilización de los fondos se haga en base a criterios de temporalidad y concreción.
A corto plazo, la Comisión mantiene su estrategia de recurrir a los fondos ya disponibles y aboga por gastarlos de una manera más rápida y sencilla con una reducción de los trámites burocráticos, pues los Veintisiete ya tienen a su disposición un montante que asciende a 270.000 millones de euros en ayudas a la transición ecológica.
A esta partida, se suman además 26.000 millones para movilizar inversiones en tecnologías limpias y otros 40.000 millones adicionales del Fondo de Innovación para gastar en la próxima década.
En el medio plazo, la apuesta de Bruselas pasa por la creación de un Fondo de Soberanía Europeo que sume nuevos fondos a los ya disponibles y que se centre en inyectar capital a la producción de tecnologías limpias emergentes y que la Comisión perfilará antes del verano.
En este punto, España coincide con Alemania en reclamar una flexibilización de las ayudas ya existentes antes de desembolsar nuevo capital a costa de los actuales fondos, mientras que otros piden, como es el caso de Francia, que haya más "manga ancha", según han señalado fuentes diplomáticas.
Por su lado, Francia, que insiste en la ampliación en el margen de umbrales para recibir subsidios, es el socio con el que más difieren al respecto España y Alemania, que rechazan el incremento hasta los 100 millones que propone Macron debido al riesgo de fragmentación del Mercado Único.
Sin embargo, Macron y Scholz sí han coincidido al destacar que lo que la UE le exige a Estados Unidos son también exenciones comparables a las que disfrutan socios como Canadá o México, para evitar así entrar en una "guerra de subsidios" que debilite al mercado europeo.
Pero si en algo están de acuerdo los Veintisiete, es en su compromiso de garantizar que la simplificación de trámites se realice en igualdad de condiciones y asegure un reparto justo de los fondos para evitar que Estados miembro como Francia y Alemania, con mayor capacidad de desembolsar ayudas, se beneficien en perjuicio de otros países con menor músculo financiero.
El Plan Industrial del Pacto Verde, como lo denomina Bruselas, pretende abarcar el entorno normativo, la financiación, las cualificación de los trabajadores y el comercio internacional y se centrará en agilizar permisos para facilitar la inversión en los sectores cruciales a lo largo de toda la cadena de suministro a fin de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas.
En sus conclusiones, los líderes destacan que además de unas condiciones marco sencillas, predecibles y claras para la inversión, debe garantizarse el acceso a las materias primas críticas pertinentes, entre otras cosas, diversificando el abastecimiento y reciclando las materias primas para promover los principios de la economía circular.
Asimismo, reclaman que la próxima reforma del diseño del mercado de la electricidad contribuya a mejorar la competitividad de la UE y piden que se "explote al máximo" el potencial del Banco Europeo de Inversiones (BEI), además de avanzar rápidamente en la revisión de las reglas fiscales.
Los Veintisiete han solicitado también que los instrumentos de la UE, como los Proyectos Importantes de Interés Común Europeo, se apliquen de manera eficiente aumentando la transparencia y racionalizando los procedimientos, en particular acelerando las fases de diseño y evaluación.
Por último, los líderes de la UE consideran necesario aprovechar aún más todo el potencial del Mercado Único y han reiterado su invitación a la Comisión a que presente una estrategia a escala de la UE para impulsar la competitividad y la productividad, un asunto que los Veintisiete volverán a tratar en su próxima reunión en marzo, cuando Bruselas presentará una propuesta legislativa en línea con las aportaciones de los Estados miembro.