Desde las 10.20 horas de ayer estuvo la británica, esposa del presunto pederasta Martin Smith, en el juzgado número tres de Blanes, hasta que a las 16.30 horas lo abandonó en un coche de los Mossos d’Esquadra que la llevaron a la cárcel de Girona.
Durante esas poco más de ocho horas, la presunta parricida confesó, como ya hizo desde el primer momento según desvela el auto una vez levantado el secreto de sumario, que acabó con la vida de sus hijos, algo que ha justificado por su temor a perder la custodia sobre ellos tras la detención de su marido, con el que vivía en Barcelona y que fue detenido hace dos semanas y extraditado al Reino Unido.
El juez ha decretado prisión sin fianza al estimar que existe un riesgo de fuga palmario después de haber huido de su país y ante su falta de vínculos familiares o de bienes en España.
Además, el auto apunta que poner en libertad a Lianne S., sobre la que pesan dos delitos de asesinatos que oscilan entre los quince y los veinte años de cárcel cada uno, produciría una obstrucción a la Justicia, porque no comparecería a las citaciones judiciales.
Otro apunte del juez instructor es que la acusada ha confesado que actuó en solitario y que se incriminó en unas notas que dejó en la habitación del hotel de Lloret de Mar donde habría perpetrado el doble asesinato.
En cambio, según pudo saber Efe de fuentes próximas a la investigación, se ha descartado tras la autopsia a los cadáveres la línea de investigación que se abrió en un primer momento y que apuntaba a la posibilidad de que los menores hubiesen sufrido algún tipo de agresión sexual.
Las fuentes detallaron que el más pequeño de los hijos de Lianne S., de sólo once meses de edad, aparecía en un Libro de Familia en posesión de su madre, al haber nacido el niño en España.
La presunta parricida, siempre según estas fuentes cercanas a la investigación, habría permanecido en un estado casi "vegetativo" desde que ingresó en la comisaría de los Mossos el pasado martes, atendiendo a cualquier orden pero sin entablar comunicación alguna y sumida en sus propios pensamientos.
En un primer momento e inmersa en lo que ha sido descrito por otras fuentes próximas al caso como una situación de shock, Lianne S. ya habría confesado el asesinato, motivado por su temor a perder la custodia de sus hijos, motivo por el que habría abandonado precipitadamente el piso en el que residía en Barcelona al temer la intervención de los servicios sociales después de la detención de su marido, con el que había huido de la Justicia británica.
El destino fue el Hotel Miramar de Lloret de Mar, escenario del presunto parricidio, de donde ya pasó a la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Blanes.
Este viernes comenzó para Lianne S. con el traslado de apenas 25 metros desde las dependencias policiales hasta el juzgado, donde ha visto como el juez la enviaba a prisión sin fianza y redactaba en el auto ese doble asesinato.