El considerado jefe de jefes de la Cosa Nostra italiana, Matteo Messina Denaro, detenido en enero tras permanecer prófugo tres décadas, se ha encontrado por primera vez con su hija, Lorenza Alagna, a la que nunca ha reconocido oficialmente, en la cárcel de alta seguridad de L'Aquila (centro de Italia).
Messina Denaro, de 61 años, y Alagna, de 26, se vieron hace unos días en un pabellón blindado de la prisión donde el capo mafioso está sometido al 41-bis, el estricto régimen de aislamiento carcelario que se utiliza con los criminales más buscados, reveló este miércoles "Repubblica".
La joven, según ese medio, nunca "rindió pleitesía a su padre" y se había convertido en una "obsesión" para él: durante los registros en uno de sus escondites en su Sicilia (sur de Italia) natal, donde fue detenido el pasado 16 de enero, se encontraron decenas de mensajes nunca enviados a su hija, según el diario.
En uno de ellos, fechado el día que la joven cumplió 17 años, Messina Denaro escribió: "Cada mundo tiene sus propios demonios. Mantente alejada de mundos que no conoces. Yo he entrado en otros mundos a costa de sufrimiento, pero tú no te atrevas nunca, por favor".
El mafioso, además, había expresado en varias ocasiones su disgusto por no haber conocido a su hija, que nunca fue reconocida por el registro civil como suya y que por esta razón lleva el apellido de su madre.
En los últimos tiempos, sin embargo, Messina Denaro se había mostrado enfadado con ella porque, aunque "nunca ha renegado de su padre ni de su familia, siempre ha reclamado el derecho a vivir una vida normal. Alejada de la lógica de un clan familiar", añade "Repubblica".
Messina Denaro, autor de numerosos asesinatos y atentados, fue detenido cuando acudía a una clínica sanitaria privada en Palermo para recibir tratamiento médico por un cáncer de colon y, tras su arresto, se descubrió que se había escondido en los últimos años en Campobello di Mazzara (sur), cerca de su pueblo natal, Castelvetrano.
En los últimos meses las autoridades han arrestado también a la supuesta red de colaboradores que le permitieron vivir con cierta normalidad en Sicilia.
Entre estos están su hermana Rosalía; su chófer, Giovanni Luppino; el médico de Campobello di Mazara, Alfonso Tumbarello, o un matrimonio que le ayudó a esconderse, Emanuele Bonafede y Lorena Ninfa Lanceri.