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Viernes 15/11/2024
 
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Mundo

El suicidio de tres presos en 48 horas pone en jaque el estado de las prisiones italianas

Saca a relucir los problemas de algunas prisiones italianas como la carencia de personal, el hacinamiento de los reos y la falta de programas en salud mental

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  • Celda. -

El suicidio de tres presos en Italia durante este fin de semana, dos mujeres en una cárcel de Turin (norte) y un hombre en Calabria, ha vuelto a sacar a relucir los problemas de algunas prisiones italianas como la carencia de personal, el hacinamiento de los reos y la falta de programas en salud mental.

"Nuestra orientación institucional es la reeducación y no se puede hacer sin espacios y con escasez de personal", reconoció el ministro de Justicia, Carlo Nordio, quien viajó el sábado de manera urgente a la cárcel de Turín tras conocerse la muerte de dos presas el mismo día.

La noticia de otro fallecimiento, este domingo, de un hombre de 44 años que presuntamente se quitó la vida en su celda de la prisión de Rossano (Calabria), ha puesto aún más el foco en las condiciones de los centros de reclusión.

El ministro afirmó que es un asunto que recibe "la máxima atención" del Ejecutivo y admitió ser consciente de que la policía penitenciaria sufre "graves carencias de personal y dificultades operativas".

"He visitado muchas prisiones italianas y he visto lo bueno y lo malo. Sé que Turín está en una situación muy crítica", dijo en declaraciones recogidas por el diario turinés La Stampa.

El viernes por la noche se conoció el fallecimiento de una mujer nigeriana de 42 años en el pabellón femenino de la prisión de Lorusso y Cutugno en Turín.

Según los trabajadores, la mujer, condenada por delitos relacionados con la trata de seres humanos, llevaba semanas renunciando a comer y beber y solo pedía ver a sus hijos y esposo, aunque la instalación nunca activó un protocolo por huelga de hambre ni inició ningún tipo de terapia.

A las pocas horas se supo de la muerte de otra reclusa en el mismo pabellón, esta vez una mujer de 28 años, italiana y condenada por una serie de hurtos que se encontraba interna en la división de salud mental.

Su madre afirmó este fin de semana que en la última conversación escuchó decir a la joven "mamá, no puedo más".

"El Estado no abandona a nadie, lamentablemente el suicidio en prisión es un lastre que aqueja a todos los países del mundo y muchas veces es impredecible", señaló el ministro tras confirmar que el Gobierno estudia reconvertir algunos edificios en nuevos pabellones penitenciarios para dar más espacio, interno y externo, a los reclusos.

Las críticas, sin embargo, no han cesado.

Los abogados de la mujer nigeriana denuncian que su estado físico y mental nunca fue notificado al garante de los presos, mientras que la prensa local recuerda que hace menos de dos meses, el 29 de junio, otra reclusa se quitó la vida días antes de su liberación, lo que da una señal sobre la falta de asistencia psicológica en las instalaciones.

"La prisión de Turín ha adquirido las características de los círculos de Dante tanto para los reclusos como para el personal", apuntó Leo Beneduci, el secretario general de la organización sindical penitenciaria Osapp.

Hace precisamente un año, la Fiscalía de Turín abrió una investigación a funcionarios penitenciarios, médicos y otros cargos por torturas físicas y psíquicas, mientras que en otro procedimiento antes fueron denunciados 25 individuos por malos tratos a presos.

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