Un tribunal de la localidad egipcia de Heliópolis ha declarado inocentes a cuatro acusados de atacar en agosto el convoy del presidente, Mohamed Mursi, cuando abandonaba el palacio presidencial en el marco de las protestas por la muerte de 16 agentes de Policía tras un presunto ataque yihadista contra una comisaría ubicada en el Sinaí.
A la salida del recinto el 6 de agosto, el vehículo de Mursi fue rodeado por decenas de manifestantes que corearon cánticos en su contra y lanzaron piedras y zapatos contra él. Las fuerzas de seguridad detuvieron a cuatro de los participantes en el incidente, que han estado a la espera de juicio desde entonces.
Apenas un día después, Mursi se ausentó del funeral, desatando una nueva oleada de críticas en el país. Auque el portavoz presidencial, Yasser Alí, explicó que la ausencia tenía como objetivo no generar "obstáculos" a los presentes con la cabalgata presidencial, otras fuentes indicaron que se debió a motivos de seguridad.
La ausencia de Mursi no fue la única entre los altos cargos del Estado, ya que el primer ministro, Hisham Kandil, tampoco acudió al funeral tras ser atacado por un grupo de manifestantes tras su llegada a la mezquita Al Rashdan, donde tuvieron lugar los rezos en honor a los fallecidos. El jefe de Estado tuvo que abandonar el lugar inmediatamente para no ser agredido y permitir la continuación de la ceremonia.
