La votación del borrador de la nueva Carta Magna de Egipto por parte de la Asamblea Constituyente comenzó hoy con la aprobación de algunos de los artículos controvertidos, como el referido a la ley islámica, y pese a la ausencia de los miembros no islamistas.
La ola de protestas contra las últimas decisiones del presidente egipcio, Mohamed Mursi, no impidió que la asamblea iniciara el tramite de refrendar los 234 artículos de la Constitución, votados uno a uno, con un quórum de 85 miembros de los cien que componen el órgano.
Antes del inicio de la votación, el presidente de la asamblea, Hosam al Gariani, decidió convocar a once candidatos de reserva para sustituir a parte de los 26 miembros que la boicotean por considerar que está dominada por los islamistas.
La validez de la composición de este órgano está siendo examinada por el Tribunal Constitucional, que ya disolvió la primera asamblea, el pasado abril, aunque según el decreto emitido por Mursi hace una semana (y que le blinda de la justicia para cualquier medida que tome en el ejercicio de su cargo) esta es indisoluble.
La mayoría de los artículos fueron aprobados por unanimidad y en algunos los votos en contra fueron de entre uno a seis, por lo que la aprobación del borrador es muy probable.
Uno de los puntos de la Constitución que más polémica han levantado en los últimos meses es el artículo 2, que finalmente se ha mantenido como en la anterior Carta Magna de 1971 y establece que "los principios" de la "sharia" (ley islámica) "son la fuente principal de la legislación".
Sin embargo, junto a la preservación de esa cláusula, el borrador incluye un artículo (219) que explica que esos principios abarcan toda la jurisprudencia de la "sharia" y los fundamentos contenidos en la "suna" o tradición del profeta Mahoma.
El hecho de que solo los "principios de la sharia" sean la fuente de legislación era una de las principales demandas de los grupos liberales y laicos, pero los matices del artículo 219 tratan de compensar a los salafistas, que exigen una aplicación rigurosa de la ley islámica.
El borrador estipula el pluralismo político, la alternancia pacífica del poder, la separación de los poderes del Estado y la soberanía de la ley, y garantiza, asimismo, la libertad religiosa, de opinión, de prensa, de reunión y de asociación.
Otros artículos controvertidos son los relativos a las Fuerzas Armadas, al establecer el borrador constitucional la formación de un Consejo de la Defensa Nacional, que intenta ser una vía intermedia entre las demandas de los militares y las fuerzas políticas.
Este órgano, encabezado por el jefe del Estado e integrado, entre otros, por los presidentes de la cámara baja y alta, el primer ministro, los titulares de Defensa, Exteriores e Interior, y altos mandos de las Fuerzas Armadas, será el encargado de fijar el presupuesto del Ejército, un asunto que las fuerzas políticas querían que fuera decidido por el Parlamento.
Además, el texto sometido hoy a votación estipula que los civiles pueden ser presentados ante la justicia militar si cometen delitos que dañen a las Fuerzas Armadas, algo que los activistas y grupos de derechos humanos rechazan de forma categórica.
La sesión, que a última hora de la tarde todavía no había terminado, se desarrolla en la sede del Consejo de la Shura (Cámara Alta del Parlamento), en cuyos alrededores hay un fuerte despliegue de las fuerzas de seguridad, que continúan enfrentándose de manera esporádica a grupos de manifestantes.
Los estatutos internos de la asamblea establecen que en caso de no aprobarse el borrador por unanimidad, puede ser ratificado con el apoyo de dos tercios de dicho órgano (67 de sus cien miembros).
Si no se alcanza ese respaldo deberá celebrarse otra votación en la que bastará el 57 % de los sufragios para que el proyecto salga adelante, y de no lograrse los votos necesarios en ninguna de las votaciones, se eliminarán los artículo conflictivos.
En la sede del Consejo de la Shura, Nader Bakar, miembro de la Asamblea Constituyente y portavoz del partido salafista Al Nur, dijo a Efe que "el borrador es el mejor que ha conocido Egipto en toda su historia, en lo que se refiere a los derechos y las libertades, el sistema político y sus pilares básicos".
Bakar se mostró muy crítico con los opositores a la asamblea, que, en su opinión, "no entienden el sentido de la democracia ni el del orden".
Mientras la votación seguía su curso, la cercana plaza Tahrir mantiene su pulso con una acampada contra el acta constitucional de Mursi, que blinda ante la Justicia tanto sus decisiones como la Asamblea Constituyente.