El Gobierno de Australia enviará a los solicitantes de asilo que lleguen a las costas del país a Papúa Nueva Guinea para su evaluación y posible asentamiento como respuesta al notable incremento de llegada de pateras en los últimos meses, según ha informado este viernes la cadena británica BBC.
"Nuestro país ha tenido suficiente de los explotadores de tráfico de personas y les ha visto ahogarse en alta mar", ha afirmado el primer ministro australiano. "A partir de ahora, cualquier solicitante de asilo que llegue a Australia en barco no tendrá la oportunidad de establecerse en Australia como refugiado", ha asegurado.
Rudd ha justificado esta "decisión de línea dura" por la necesidad de garantizar la seguridad fronteriza, y ha advertido sobre el peligro de hacer el viaje hacia Australia en barco. La situación ha encendido un intenso debate en el país sobre la política de refugiados y ha provocado acusaciones al Gobierno laborista de ser demasiado blando en la protección de fronteras
Los solicitantes de asilo --en su mayoría procedentes de Irak, Irán, Afganistán y Sri Lanka-- viajan hacinados en embarcaciones con un mantenimiento muy deficiente. Muchos de ellos se han hundido en los últimos meses.
CONDENA DE AI
Amnistía Internacional (AI) ha criticado esta nueva política, y ha afirmado que Australia ha despreciado sus obligaciones legales y morales. Este momento "quedará marcado en la historia como el día en el que Australia ha decidido dar la espalda a las personas más vulnerables del mundo, cerrar la puerta y tirar la llave", ha afirmado el coordinador de refugiados de la organización, Graeme McGregor.
