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Sábado 16/11/2024
 
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Los demócratas tumban dos iniciativas republicanas sobre áreas concretas

La oposición republicana ha presentado una propuesta para garantizar los pagos a los veteranos de guerra y otra para garantizar el funcionamiento normal de la administración pública de la capital estadounidense, Washington

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  • Riesgo. -

La minoría demócrata ha tumbado dos propuestas de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para financiar algunas partidas gubernamentales, exigiendo un proyecto de ley que garantice el funcionamiento de toda la administración pública.

   La oposición republicana ha presentado una propuesta para garantizar los pagos a los veteranos de guerra y otra para garantizar el funcionamiento normal de la administración pública de la capital estadounidense, Washington.

   La votación se ha resuelto con 264 votos a favor y 164 en contra, a pesar de lo cual ambas propuestas han sido rechazadas porque han sido tramitadas con carácter de urgencia, lo que implica que deben recibir el visto bueno de al menos dos tercios de la cámara baja.

   La Casa Blanca ha instruido a los demócratas para que rechacen cualquier propuesta destinada a aumentar parcialmente los fondos del Gobierno, con el fin de forzar a los republicanos a aprobar el proyecto de ley del Senado para el funcionamiento normal del Ejecutivo.

   "El presidente (estadounidense, Barack Obama) ya ha dejado claro que si estos proyectos de ley (parciales) llegan a su mesa, los vetará. Estos esfuerzos fraccionados no son serios, no son una forma de reabrir el Gobierno", ha dicho la portavoz de la Casa Blanca, Amy Brundage.

BLOQUEO DEL CONGRESO

   A medianoche (6.00 horas del martes en España) entró en vigor el cierre del Gobierno debido a la incapacidad de demócratas y republicanos de llegar a un acuerdo en el Congreso para asegurar la liquidez de la administración pública.

   Estaba previsto que este 1 de octubre el Tesoro de Estados Unidos superara irremediablemente el límite de endeudamiento público, fijado en 16,7 billones de dólares, cayendo así en una nueva crisis de liquidez que podía llevar al cierre de la administración pública.

   Para evitarlo era necesario que republicanos y demócratas se pusieran de acuerdo en el Congreso para ampliar el límite de endeudamiento público hasta los 988.000 millones de dólares, garantizando así el funcionamiento del Gobierno hasta la elaboración de los nuevos presupuestos generales.

   La oposición republicana había elaborado un plan según el cual se comprometía a apoyar una ampliación del límite de endeudamiento público a cambio de nuevos recortes en el gasto público, centrados en la reforma sanitaria del Gobierno, a la que se conoce popularmente como 'Obamacare'.

   Con el objetivo de imponer su plan, la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, aprobó el sábado un proyecto de ley para aplazar un año la aplicación de la reforma sanitaria a cambio de entregar más fondos al Gobierno, pero el Senado, de mayoría demócrata, lo rechazó.

   A última hora del lunes, la Cámara de Representantes volvió a aprobar --por 228 votos a favor y 201 en contra-- otro proyecto de ley con el mismo contenido y el Senado lo volvió a rechazar --con 54 votos en contra y 46 a favor--, haciendo casi inevitable el cierre del Gobierno.

   En un último intento conciliador, la Cámara de Representantes propuso celebrar una "conferencia legislativa" para crear una comisión bicameral en la que resolver este asunto, pero el Senado se negó. "No iremos con una pistola apuntando a nuestras cabezas", dijo su presidente, Harry Reid.

PRIMER CIERRE DESDE 1995

   Se trata del 18º cierre de la administración pública estadounidense desde 1976. El último precedente se remonta a la Presidencia de Bill Clinton. Entonces, el bloqueo presupuestario se prolongó entre el 5 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996.

   Aunque, de momento, se desconoce la dimensión de las consecuencias del cierre del Gobierno, la Casa Blanca calcula que dejará en sus casas a 800.000 de los dos millones de funcionarios y que costará unos 10.000 millones de dólares semanales a la economía estadounidense.

   Desde el Gobierno han garantizado que no afectará a los servicios públicos esenciales. Obama ya ha firmado un proyecto de ley para garantizar los pagos a los miembros de las Fuerzas Armadas y, con ello, la seguridad del país.

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