Los servicios de rescate rusos reanudaron hoy las labores de búsqueda de 13 desaparecidos del pesquero de arrastre "Dalni Vostok", que naufragó ayer en las gélidas aguas del mar de Ojotsk, en el Extremo Oriente de Rusia, y causó la muerte de al menos 56 de sus tripulantes.
Una veintena de pesqueros, un embarcación de rescate y un helicóptero participan en las labores de búsqueda, que de momento se limitan a la superficie del agua, informaron las autoridades rusas.
"No se descarta que los desaparecidos puedan estar dentro del barco hundido. De momento se inspecciona la superficie, pero los buzos están preparados" para sumarse al rescate, aseguró a Interfax un portavoz del ministerio ruso de Situaciones de Emergencias.
No obstante, el presidente de la asociación de capitanes marítimos del Extremo Oriente, Piotr Osichanski, apuntó que los buzos no pueden trabajar en la profundidad a la que se hundió el arrastrero, cercana a los 200 metros.
"El barco sólo puede ser inspeccionado desde un aparato submarino, que únicamente podría ubicar la embarcación, no a las personas en su interior", advirtió Osichanski.
Por otro lado, la mayoría de los 63 supervivientes del arrastrero y los cuerpos de los fallecidos están ahora a bordo de la embarcación "Andrómeda", que se espera que parta hoy de la zona del naufragio hacia la isla de Sajalín, adonde llegará el próximo 7 de abril.
Otra docena de supervivientes, los más graves, fueron trasladados entre ayer y hoy a los hospitales de la península de Kamchatka, donde se recuperan de la grave hipotermia que sufrieron al sumergirse en las aguas del mar de Ojotsk.
El pesquero se hundió en la madrugada de ayer por causas aún desconocidas, aunque las autoridades señalan al error humano como la causa más probable de la tragedia.
El vicepresidente del Gobierno regional de Sajalín, Serguéi Sheredekin, explicó que la embarcación llevaba poco combustible, usado como lastre, por lo que al subir a bordo una red con una carga de ocho toneladas, el pesquero perdió el equilibrio y se dio la vuelta.
En el buque trabajaban 78 rusos y 54 extranjeros, de países como Birmania, Ucrania, Vanuatu y Letonia.