Las autoridades de Indonesia trabajan hoy en instalar en una aldea del norte de la isla de Sumatra, deshabitada desde el tsunami de 2004, a los 582 inmigrantes indocumentados de Bangladesh y Birmania (Myanmar) rescatados el pasado domingo.
La localidad se llama Paya Bateun y se ubica a unos 12 kilómetros al este de Lhokseumawe, la segunda ciudad de la provincia de Aceh, declaró a Efe por teléfono Mark Getchell, de la representación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Yakarta.
Getchell detalló que el grupo está formado por 437 hombres, 86 mujeres, 26 niños de menos de tres años y los 33 restantes chicos, adolescentes y jóvenes de hasta 17 años.
Los inmigrantes viajaban en una embarcación que encalló en aguas de Aceh y tuvieron que ser rescatados por las autoridades.
Pasaron la primera noche en el estadio deportivo de Lhokseumwe y ahora están siendo instalados en Paya Bateun, donde la OIM colabora con financiación, material y personal.
Getchell indicó que no han encontrado ninguna caso de salud grave entre los inmigrantes, solo problemas de deshidratación y malnutrición.
La idea es restablecer los servicios de luz y agua en Paya Bateun y proporcionar viviendas estables a los nuevos habitantes, que, entretanto, tendrán que utilizar tiendas de campaña militares.
La Armada indonesia encontró el lunes en alta mar otra embarcación que transportaba unos 400 inmigrantes pero, tras conversar con ellos y conocer que se dirigían a Malasia, les proporcionaron agua, alimentos y combustible y les permitieron partir.
Las autoridades malasias rescataron entre la noche del domingo y el lunes a un tercer grupo de inmigrantes indocumentados en aguas del archipiélago de Langkawi compuesto por 1.051 bengalíes y rohingyas.
Los rohingyas era 494 hombres, 103 mujeres y 61 menores, mientras que los bangladesíes eran todos varones.
La OIM colabora con Indonesia y Malasia para atender a estas personas que tendrán la oportunidad de solicitar la condición de refugiados y, en caso de que se le deniegue, el Gobierno local decidirá su suerte.
La OIM calcula que hasta 8.000 inmigrantes ilegales se encuentra de camino y atrapados en algún lugar del Sudeste Asiático.
Miles de rohingyas se embarcan todos los años en un peligroso viaje hacia otro país del Sudeste Asiático para huir de la persecución y la pobreza en Birmania.
La Organización Nacional Rohingya de Arakan reclamó la semana pasada acciones a la comunidad internacional, como que la ONU constituya una comisión investigadora para determinar el número exacto de personas que mueren a manos de los traficantes de personas y llevar a los culpables ante la justicia.
Los rohingyas, unas de la minorías más perseguidas del mundo, según las Naciones Unidas, no son reconocidos como ciudadanos en Birmania, donde son calificados de bengalíes, ni en la vecina Bangladesh.