Las autoridades de la región autónoma iraquí del Kurdistán han publicado un vídeo de la operación del pasado jueves en la que tropas estadounidenses y kurdas liberaron a unos 70 rehenes del Estado Islámico en el norte de Irak.
En las imágenes se puede ver a los soldados escoltando a un grupo de individuos, la mayoría descalzos, y con las ropas sucias y ensangrentadas que salen con los brazos en alto y encorvados a través de una puerta mientras se escucha un tiroteo. El vídeo puede verse en Youtube.
Los soldados animan a los rehenes a moverse con rapidez a través de unas habitaciones sin apenas iluminación y llenas de cascotes de la prisión del grupo yihadista a la voz de "yala, yala" y "go, go"; "vamos, vamos" en árabe e inglés.
Fuentes estadounidenses han confirmado la autenticidad del vídeo, grabado desde la cámara del casco de uno de los militares kurdos, al que se puede ver apuntando con su arma a una ventana con barrotes en la que se observa un fogonazo, posiblemente un disparo.
También se puede ver una oficina oscura con una gran bandera negra del Estado Islámico colgada de una pared o cómo registran a cuatro hombres que tienen las manos sobre sus cabezas. En un momento dado se escucha una voz con acento estadounidense: "Mantén a ese ahí. Ahora vienen más".
En la operación murió uno de los militares estadounidenses implicados, pero con ella se impidió una "inminente ejecución en masa" de estos prisioneros retenidos en Hawiya, Kirkuk, según Washington.
El fallecido es el sargento Joshua L. Wheeler, y es el primer militar estadounidense muerto en misión de combate en Irak en los últimos cuatro años. Pertenecía a la Delta Force, un grupo de élite del Ejército estadounidense.
Un total de 30 militares de la Delta Force intervinieron en la operación en labores de "asesoramiento y ayuda" cuando los comandos kurdos se vieron desbordados poco después de entrar en la prisión, según informaron fuentes militares a la cadena CNN.
Entre los liberados había miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes, vecinos de la zona y varios combatientes del Estado Islámico acusados de espionaje. "Sabíamos que iban a ser asesinados pronto. Lo sabíamos porque vimos fosas recién excavadas", ha explicado desde Bagdad un portavoz militar estadounidense, el coronel Steve Warren, según recoge la CNN.