Los ocho militares turcos que han pedido asilo político en Grecia, a donde llegaron ayer en helicóptero horas después del intento de golpe de Estado en su país, han comparecido hoy ante el fiscal.
Según informan los medios locales, los ocho hombres salieron de la camioneta policial cubriendo sus caras con las manos.
En declaraciones a la cadena de televisión privada Skai, el abogado de los militares aseguró que sus clientes niegan toda implicación en el intento de asonada, pero temen no recibir un juicio justo en Turquía si son extraditados.
Según fuentes judiciales citadas por la agencia griega AMNA, los detenidos serán llevados posiblemente mañana ante el juez instructor, acusados de entrada ilegal en Grecia e intento de perturbar las relaciones internacionales de este país.
En caso de que el magistrado decida la expulsión de los detenidos, se estima que su extradición no se ejecutará directamente, puesto que ya han solicitado asilo político.
Pocas horas después de aterrizar ayer en el aeropuerto de Alexandrúpolis, en el noreste de Grecia, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, pidió a Atenas la extradición "inmediata" de los ocho "traidores".
Su colega griego, Nikos Kotziás, reconoció que será "muy difícil" que los ocho militares obtengan asilo en Grecia, habida cuenta de que se les acusa de estar implicados en un golpe de Estado.
En una conversación telefónica anoche con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, le prometió que el examen de las solicitudes de asilo "será corto", pero siempre bajo respeto absoluto de los tratados internacionales sobre derechos humanos, indicaron fuentes gubernamentales.
El helicóptero militar turco había emitido una señal de socorro al entrar en el espacio aéreo griego y pidió permiso para efectuar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Alexandrúpolis.
Allí, la policía griega detuvo a sus ocho ocupantes, quienes anunciaron inmediatamente su intención de pedir asilo político.