Las fuerzas de seguridad francesas frustraron hoy en Montepellier (sur) y sus alrededores un atentado suicida "inminente" para el que los presuntos autores, un joven de 20 años y una adolescente de 16, ya habían preparado explosivos de fabricación casera.
La detención de cuatro personas vinculadas con este caso (aunque se duda sobre la implicación real de uno de ellos) llegó justo una semana después de que un egipcio atacase junto al Museo del Louvre con dos machetes a una patrulla de soldados, quienes lo hirieron al repeler su agresión.
El ministro galo del Interior, Bruno Le Roux aseguró que la acción policial de hoy, que culminó dos semanas de investigaciones, evitó "un atentado inminente en territorio francés", aunque se desconoce hasta el momento cuáles eran los planes concretos de los terroristas.
Fuentes judiciales señalaron que
se encontraron 71 gramos de TATP, un potente explosivo muy inestable de fabricación casera, el mismo que se usó en los últimos atentados yihadistas de Bruselas y que es conocido también como "la madre de Satán".
En el laboratorio que el supuesto kamikaze -identificado por los medios franceses como Thomas, de 20 años- tenía en su apartamento se hallaron compuestos como acetona o ácido sulfúrico para producir más cantidad de explosivo.
La menor de edad arrestada en la misma operación es su novia, de 16 años, y las investigaciones han permitido desvelar que ambos tenían planeado contraer matrimonio por el rito islámico antes del atentado.
La joven había previsto viajar a Siria para ser acogida por el Estado Islámico (EI), organización yihadista a la que juró lealtad en un vídeo difundido por las redes sociales hace solo dos días.
Para ese viaje contaba con la colaboración del supuesto "mentor" de ambos, un hombre de 34 años seguido por los servicios de inteligencia franceses y con contactos en Siria, que había conseguido un pasaporte falso para la chica, a que había instruido sobre la mejor forma de llegar al país árabe.
También fue detenido en la misma operación -que tuvo lugar en Montpellier y en dos municipios de su periferia, Clapiers y Marseillan- otro hombre de 26 años, pero las fuerzas de seguridad no han conseguido determinar si estaba involucrado en la trama yihadista.
Desde 2015 un total de 238 personas han muerto en Francia por la oleada de atentados, aunque solo el año pasado se consiguieron evitar al menos 17, de acuerdo con las autoridades galas.
Este nuevo proyecto de atentado, que demuestra que la amenaza terrorista en Francia "sigue siendo extremadamente elevada" según el primer ministro, Bernard Cazeneuve, se conoció justo el mismo día en que el egipcio Abdallah el Hamahmy, autor del ataque del Louvre, fuese imputado por "tentativas de asesinatos terroristas".
Un juez antiterrorista le comunicó a El Hamahmy su imputación en el hospital Georges Pompidou de París, donde sigue ingresado en estado grave por las heridas de bala que recibió de los soldados.
Paradójicamente, el desmantelamiento hoy del intento de atentado yihadista coincidió también con una resolución del Consejo Constitucional que propinó un revés a la estrategia antiterrorista del Estado.
Este alto tribunal consideró contraria a la Carta Magna la ley de junio pasado que consideraba delito la consulta repetida de páginas web terroristas, una de las reformas penales aprobadas por Francia para contrarrestar el yihadismo.
El Constitucional puso así fin a una controvertida medida adoptada por iniciativa de la oposición conservadora y que ya había sido censurada por el Consejo de Estado.
Ha sido la segunda vez que el Constitucional echa atrás una medida antiterrorista reciente, después de que en octubre pasado lo hiciera con una reforma de 2015 que permitía la vigilancia de las comunicaciones hertzianas sin control judicial.
Los magistrados del Constitucional francés consideraron esta vez que esa norma no es "ni necesaria ni proporcionada" a los fines que persigue, por lo que no se justifica que se cercene la libertad de comunicación de pensamientos y opiniones proclamada en la Carta Magna.