El presidente de EE.UU., Donald Trump, comenzó su mandato declarándose "en guerra" contra la prensa y durante sus primeros 100 días en la Casa Blanca ha mantenido un combate retórico sin precedentes con los medios.
Este sábado, en el día 100 de su mandato, Trump presumió de esa batalla ante sus seguidores en un mitin en Pensilvania mientras en Washington transcurría la tradicional cena de corresponsales de la Casa Blanca, por primera vez en décadas, sin el presidente.
Los constantes ataques de Trump a los medios han encendido todas las alarmas en un país que tradicionalmente ha sido "modelo" de libertad de prensa en el mundo, pero también han impulsado las suscripciones y el interés de los ciudadanos por la información de calidad, según los expertos e informes consultados por Efe.
Nunca como ahora Estados Unidos estuvo tan en el centro del debate sobre la libertad de prensa, como evidencia el hecho de que los paneles de expertos sobre la "guerra" mediática de Trump son ya obligatorios en las conferencias sobre periodismo, a lo que se añade el último informe de Freedom House.
En los 38 años que esta organización de referencia lleva haciendo seguimiento de la libertad de prensa global, "nunca Estados Unidos había estado tan presente en el debate público sobre este tema como en 2016 y en los primeros meses de 2017".
"Los ataques de amplio alcance de Trump a los medios y a su lugar en una sociedad democrática, primero como candidato y ahora como presidente, alimentan predicciones de futuros reveses de la libertad de prensa en el mundo en los próximos años", advierte el estudio.
Las peores consecuencias de la "hostilidad" de Trump hacia los medios no son para la prensa estadounidense, muy fuerte y con sólidas protecciones legales, sino para los periodistas de otros lugares del mundo que hasta ahora contaban con EE.UU. para denunciar los ataques de sus gobernantes.
En eso coincidieron este viernes los expertos y periodistas que participaron en la presentación del informe en el "Newseum" de Washington, el popular museo de la prensa que ahora luce en su fachada un gran cartel que dice: "El Newseum celebra nuestras libertades de la Primera Enmienda".
La Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU. es la que blinda la libertad de expresión y la libertad de prensa, que muchos consideran amenazadas por los ataques de Trump a los medios y a su misión de fiscalizar a los gobernantes.
"Hay un interrogante real sobre lo que está haciendo a los medios y a la libertad de prensa, yo me tomo esto muy en serio por mi experiencia cubriendo su campaña", dijo el corresponsal de CNN ante la Casa Blanca, Jim Acosta, en un coloquio sobre cómo cubrir la información presidencial en tiempos de Trump que se añadió este año al tradicional panel sobre el informe de Freedom House.
Acosta, uno de los periodistas a los que más ha atacado Trump, relató cómo durante la campaña electoral los periodistas recibían insultos e incluso amenazas de los seguidores del magnate.
En su último mitin en Virginia, como constató Efe, recibieron a la prensa con un sonoro abucheo y repitiendo los insultos que Trump lanzaba -y sigue lanzando- desde el podio.
En su investidura, en un Washington lleno de sus seguidores más fervientes, era habitual ver cómo los periodistas escondían su credencial de vuelta a casa, para evitar ser increpados.
Esa tensión se mantiene con Trump en la Casa Blanca, como contó el viernes Carol Lee, la corresponsal que sigue al presidente para The Wall Street Journal.
"En un mitin en Orlando, ya como presidente, se quedó un grupo de personas al final, nos gritaron, y te sientes amenazado. No es algo que pasa cada día, pero es algo que no había vivido nunca antes de Trump", afirmó.
Si en la campaña el grito de guerra fue "noticias falsas", "el enemigo del pueblo" es el nuevo lema, después de que Trump calificara de ese modo a los medios en un mensaje de Twitter el 18 de febrero.
Desde entonces, esa frase la usan tanto los seguidores del presidente para atacar a la prensa como los periodistas para defenderse y reivindicarse.
Por ejemplo, la organización de estudiantes de comunicación de la Universidad de Texas (UT), una de las mejores en periodismo, ha vendido centenares de camisetas con la frase "Enemigo del pueblo estadounidense desde 1791" -año en que se adoptó la Primera Enmienda- y la foto de un periódico en la imprenta.
Esa camiseta, y otras similares, pudieron verse en el Simposio Internacional de Periodismo Digital (ISOJ) del Centro Knight de la UT, donde este año Trump compartió protagonismo con los habituales debates sobre innovación tecnológica y países con represión mediática.
Pero, como el columnista Matt Lewis subrayó en ese foro, en EEUU "las amenazas al periodismo son tuits, mientras que en otros países son prisión o muerte".