Sin embargo, evitó comprometerse a una meta concreta de reducción del déficit, como pretendía el Gobierno estadounidense
China accedió a aumentar "significativamente" sus compras de bienes y servicios de EE.UU. en un intento de reducir los riesgos de una guerra comercial, pero evitó comprometerse a una meta concreta de reducción del déficit, como pretendía el Gobierno estadounidense.
Después de más de dos días de negociaciones en Washington, el Gobierno de Donald Trump no logró convencer a China de que accediera a reducir el déficit comercial que Estados Unidos mantiene con el país asiático en 200.000 millones de dólares hasta 2020, un objetivo que perseguían los negociadores estadounidenses.
La promesa que Washington arrancó a Pekín fue mucho más vaga, y serán necesarios más contactos bilaterales para aparcar definitivamente los riesgos de una guerra comercial, espoleados por las amenaza de Trump de imponer aranceles por valor de hasta 150.000 millones de dólares a los productos chinos.
"Hubo un consenso para tomar medidas eficaces que permitan reducir sustancialmente el déficit comercial de bienes de Estados Unidos con respecto a China", que en 2017 alcanzó el récord de 375.000 millones de dólares, aseguraron ambas potencias en un comunicado conjunto, distribuido por la Casa Blanca.
"Para hacer frente a las crecientes necesidades de consumo del pueblo chino y a la necesidad de un desarrollo económico de alta calidad, China aumentará significativamente sus compras de bienes y servicios de Estados Unidos", lo que también ayudará al "crecimiento y a los empleos" en ese último país, señala la nota.
En concreto, habrá "aumentos sustanciales en las exportaciones de productos agrícolas y energéticos" de Estados Unidos a China, y ambas potencias se esforzarán para aumentar también el comercio de "bienes y servicios manufacturados", según el comunicado.
El Gobierno de Trump prevé "enviar a un equipo" al país asiático para afinar los detalles del acuerdo relativo a los productos agrícolas y energéticos, aunque no está claro cuándo lo hará.
El comunicado conjunto no aclara si se llegó a un acuerdo sobre los aranceles de hasta 150.000 millones de dólares que Trump ha amenazado con imponer a China para castigar sus prácticas de propiedad intelectual y forzarle a rebajar el abultado déficit comercial estadounidense.
Pekín ha respondido con amenazas similares, especialmente en productos agropecuarios estadounidenses, en caso de que los aranceles de Washington lleguen a entrar en vigor.
El propio Trump participó este jueves y viernes en las negociaciones en Washington, encabezadas en el lado chino por el viceprimer ministro Liu He, asesor económico del presidente de China, Xi Jinping.
También estuvieron presentes los secretarios del Tesoro y Comercio de EE.UU., Steven Mnuchin y Wilbur Ross, respectivamente, y el alto representante para el comercio exterior, Robert Lighthizer.
Pero Trump no rebajó su retórica hacia China antes de su reunión el jueves con Liu, y aseguró que "dudaba" de que se pudiera llegar a un acuerdo comercial con Pekín porque el gigante asiático había "timado" a Estados Unidos.
Según el diario The Wall Street Journal, los negociadores pasaron toda la noche del viernes discutiendo sobre el lenguaje de su comunicado conjunto, y el Gobierno de Trump presionó sin éxito para que China se comprometiera a la reducción de 200.000 millones de dólares en su superávit con respecto a Estados Unidos.
Liu se negó a comprometerse con ninguna cantidad concreta en dólares, y el tema está ahora en manos de Trump y Xi, indicó el rotativo.
Tampoco hubo acuerdo sobre propiedad intelectual, el tema que ha motivado la amenaza más fuerte de aranceles, aunque China se comprometió a "impulsar enmiendas relevantes a sus leyes y regulaciones en ese área, incluida la Ley de Patentes".
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, criticó en un comunicado que lo acordado entre ambas potencias "no menciona a ZTE", una empresa china de telecomunicaciones sancionada en Estados Unidos por haber exportado a Irán y Corea del Norte.
Trump afirmó el pasado domingo que trabajaba con Xi para que ZTE "vuelva a hacer negocios, rápido" en EE.UU., y más tarde aclaró que ese asunto formaba parte de la negociación comercial bilateral.