Solo en París hubo 1.082 detenciones y resultaron heridas 96 personas, de ellas, 10 agentes del orden, según la Prefectura de policía.
Un total de 1.723 personas fueron arrestadas ayer en Francia en el cuarto sábado consecutivo de protestas de los "chalecos amarillos" que sacaron a la calle a 136.000 manifestantes, según el Ministerio del Interior.
Solo en París hubo 1.082 detenciones y resultaron heridas 96 personas, de ellas, 10 agentes del orden, según la Prefectura de policía.
De entre esos detenidos, quedaron bajo custodia en comisaría 1.220 personas, precisaron hoy fuentes del Ministerio.
"Globalmente" la violencia fue menor que la semana precedente y "el nivel de tensión bajó", pero la situación "no es satisfactoria", declaró el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, en una entrevista a la emisora "Europe 1".
La participación de los "chalecos amarillos" en las acciones que habían convocado por todo el país, de acuerdo con la contabilidad del departamento de Interior, fue la misma que el día 1.
El portavoz confirmó que el presidente francés, Emmanuel Macron, que no ha intervenido públicamente en toda la semana pese a la gravedad de la situación, hablará al comienzo de la semana próxima, aunque no precisó en qué formato.
En su cuenta de Twitter, Macron anoche colgó un mensaje para agradecer a las fuerzas del orden su "valor y la excepcional profesionalidad" que mostraron.
Los disturbios de ayer fueron de menor gravedad que los del sábado de la semana pasada en París, gracias en buena medida al impresionante dispositivo de seguridad (8.000 agentes, casi el doble que el día 1, apoyados incluso por blindados) y a una acción mucho más reactiva ante cualquier incidente.
No obstante, se repitieron escenas de coches quemados, comercios saqueados, escaparates rotos y barricadas en las calles, en particular en los barrios de los Campos Elíseos, los Grandes Bulevares y la plaza de la República.
Fuera de la capital, algunas manifestaciones de los "chalecos amarillos" degeneraron en violencia, como en Toulouse, en Saint-Etienne o en Burdeos, donde un manifestante resultó herido de gravedad al recoger con la mano una granada lacrimógena.
Entre los incidentes reseñados, que se prolongaron durante la noche en París y en algunas otras ciudades, está la quema de dos coches privados de Jacqueline Dubois, diputada del partido de Macron en el departamento de Dordoña, en su domicilio de Vezac.