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Lunes 18/11/2024
 
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Nancy Pelosi, una líder firme para "vigilar de cerca" a Trump

Pelosi recuperó el cargo con el que hizo historia para guiar al Partido Demócrata y "vigilar de cerca" al presidente

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  • Nancy Pelosi. -

Nancy Pelosi, que pese a perder hace ocho años el mazo de la Cámara de Representantes de Estados Unidos no dejó que le quitasen el título de "mujer más poderosa de Washington", recuperó el cargo con el que hizo historia para guiar al Partido Demócrata y "vigilar de cerca" al presidente del país, Donald Trump.

La veterana representante por California, de 78 años, sumó hoy 220 votos para convertirse de nuevo en la presidenta de la Cámara Baja, por delante del candidato republicano Kevin McCarthy, que recibió 192.

Así, Pelosi tendrá ahora la oportunidad de liderar la resistencia contra Trump con la capacidad de iniciar investigaciones sobre la conducta del Ejecutivo del magnate desde la Cámara Baja a través de distintos comités.

"(Trump) estaba acostumbrado a gobernar con un Congreso republicano, con una Cámara de Representantes y un Senado débiles con él. Este no será el caso (a partir de ahora): la supervisión del Congreso al Gobierno es nuestra responsabilidad", advirtió Pelosi en una entrevista que publicó hoy el diario USA Today.

La líder demócrata es una de las políticas más polémicas de Estados Unidos: los electores republicanos la valoran menos que al líder norcoreano, Kim Jong-un, según una encuesta de junio pasado, y durante la campaña para los comicios legislativos de noviembre hubo más anuncios en su contra que los que hubo contra Trump.

Mientras, muchos demócratas la consideran la viva encarnación del aparato del partido, una adalid de la vieja guardia que dificulta la regeneración ideológica y generacional de los progresistas.

Sin embargo, Pelosi sacó a relucir su capacidad de negociación y fue capaz de reunir los votos necesarios entre su bancada para recuperar un puesto que ya ocupó entre 2007 y 2011, cuando se convirtió en la primera mujer en presidir la Cámara Baja del Congreso de Estados Unidos.

"Estoy particularmente orgullosa de ser una mujer presidenta de la Cámara de Representantes de este Congreso, que empieza cuando se celebran 100 años del acceso a voto de las mujeres y cuando más de 100 mujeres estamos en la Cámara Baja", dijo Pelosi en su discurso después de ser confirmada hoy como presidenta.

Además de su poder en el terreno legislativo, Pelosi es, a partir de hoy, la tercera persona en la línea de sucesión presidencial, por detrás del vicepresidente, Mike Pence.

Pelosi es, además, una máquina de recaudación para los demócratas: ha obtenido más de 700 millones de dólares en donaciones a su partido en los últimos dieciséis años.

Pero a Pelosi le gusta definirse como "un puente" hacia la nueva generación, y ha asegurado que presidirá la Cámara Baja como "figura de transición".

"Tengo cosas que hacer. Libros que escribir, lugares que visitar y nietos a los que querer", dijo al diario Los Angeles Times.

Acostumbrada a que los medios comenten sobre sus trajes caros, su sonrisa recauchutada y sus tacones de aguja, Pelosi sospecha que algunos de los ataques más virulentos en su contra tienen un matiz machista, pero evita regodearse en ello.

"Ser mujer es una espada de doble filo. Sí, hay misoginia. Pero tienes una ventaja enorme: el apoyo de otras mujeres", opinó la congresista en una reciente charla en la Universidad de Harvard.

Nacida en 1940 en Baltimore (Maryland), ciudad de la que su padre fue alcalde, Pelosi se crió en una familia acomodada de raíces italianas y de larga tradición política.

Desde pequeña tuvo clara su pasión por lo público, pero no dio el salto a la política nacional hasta los 47 años, cuando el más joven de sus cinco hijos acabó la educación secundaria. Fue entonces cuando ganó un escaño por la Cámara de Representantes por San Francisco, donde vivía junto a su marido, el inversor Paul Pelosi.

Tras el descalabro demócrata en los comicios de 2002, Pelosi tomó las riendas del partido y desde entonces no las ha soltado.

Su llegada al liderazgo se interpretó como un viraje hacia la izquierda, pero ahora se la considera una figura centrista, reticente a dar pábulo a quienes piden un juicio político de Trump.

El mayor logro legislativo de Pelosi fue la reforma sanitaria de 2010, aprobada cuando ella era aún presidenta de la Cámara Baja, y está decidida a seguir defendiéndola de nuevo desde ese puesto.

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